jueves, 15 de julio de 2010

RECORDANDO AL SUBTENIENTE OSCAR AUGUSTO SILVA

El 15 de junio de 1982, el Capitán de Fragata Carlos Robacio, jefe del Batallón de Infantería de Marina (BIM) Nº 5 y el Comandante inglés recorrían el campo de batalla.

Los muertos ingleses ya habían sido retirados y era el turno de los caídos argentinos.

De pronto el jefe británico, sorprendido, lo llama al oficial argentino y le señala un cuerpo.

Tenía los ojos abiertos, el rostro sereno, una herida cerca del hombro y otra cerca de la cintura y la mano aferrada furiosamente al fusil.

El infante de marina argentino tomó el arma por su culata y tironeó.

Pero la mano no lo soltó.

Parecían una sola pieza.

Espontáneamente, ambos combatientes se pararon frente al cadáver e hicieron el saludo militar.

Rígidos y emocionados, en medio del silencio del campo de batalla.

El argentino decidió que lo enterrarían con el arma que se negaba a devolver.

Luego Robacio buscó la chapa de identificación que debía colgarle del cuello.

La encontró.

La tomó con firmeza y se la arrancó; era el Subteniente Oscar Augusto Silva.

Desde su San Juan natal había partido Oscar con una definida vocación militar.

Ya la había puesto a prueba cursando en el Liceo Militar General Espejo.

Luego su camino se dirigió a la Escuela Naval.

Pero no era ése su destino.

No estaba a gusto.

Comenzó a cursar la carrera de ingeniería.

Tampoco lo satisfizo.

Y decidió ingresar al Colegio Militar de la Nación.

Rindió para segundo año por su pasado liceísta y entró.

Era uno de los más grandes de su promoción (la 112) pero también uno de los más queridos.

Porque si algo se destacaba de Silva era su intrínseca bondad.

Siempre estaba dispuesto a ayudar a sus compañeros y eso le valía ser uno de los mejores camaradas.

Su familia lo llamaba “gordito”, sus camaradas “el sapo”, pero para todos era una bonachón al que le costaba poner “cara de guerra”.

De esos de los que se esperan constantemente buenas acciones.

El Colegio Militar lo formó técnicamente.

Aprendió a combatir, a conducir hombres y veló las armas.

Pero sus inquietudes fueron más allá, porque intuyendo que todo aquello era incompleto, buscó ayuda en el Centro de Estudios Nuestra Señora de la Merced.

Allí, un profesor de historia, “maestro de combatientes”, le enseñó que era posible perder una batalla, pero con honor (1).

Y le regaló unos versos de su autoría que decían, en una parte:

“Que no me ofrezcan lo que nunca tuve /

por compensar lo que nos han quitado,/

el honor de decir: donde yo estuve/

flamea un estandarte soberano”.

Renglones que marcaron a fuego al joven cadete.

En noviembre de 1981 egresó del Colegio Militar como Subteniente del arma de Infantería.

Pero, en medio de la alegría, tuvo que sufrir un enorme dolor.

Cuando su familia se dirigía a Buenos Aires para compartir con él ese momento, un accidente automovilístico acabó con la vida de su madre y dejó internado a su padre y a una hermana.

Sus jefes le ordenaron que se dirigiera a su casa a hacerse cargo de la tragedia.

Así lo hizo.

Marchó a San Juan en compañía de su hermana Ana Clara, que vivía con él en Buenos Aires, y su novia.

Allí fue una vez más lo que había sido siempre para sus hermanas: el puntal sobre el cual se asentaba la estructura del ánimo familiar.

Con sus modales suaves pero firmes, sus palabras de aliento, su presencia tranquilizadora, navegó en medio de la tormenta familiar.

Y fue un gran piloto.

Días después, en una ceremonia privada, el general Leopoldo Galtieri le entregó el sable.

Ninguno de los dos sabía lo que le iba a pasar al joven oficial poco tiempo después.

Porque tres meses más tarde se lanzaba el Operativo Rosario, se recuperaban las Islas Malvinas para la Patria y la Argentina se conmovía como nunca antes en sus últimos ciento cincuenta años de vida.

Mientras los argentinos se congregaban en Plaza de Mayo para apoyar a la empresa, el Ejército entero se movilizaba.

Por eso Silva, destinado en el Regimiento de Infantería 4 de Monte Caseros, se comenzó a preparar para ir al sur primero, y luego para cruzar a las Islas.

Llegaron a Comodoro Rivadavia, luego a Río Gallegos, más tarde a las Malvinas.

La primera noche en Puerto Argentino, la siguiente al norte del aeropuerto, en la península de Freycinet, para dar la temprana alarma de algún posible ataque por mar.

En medio de todo el traqueteo, Silva se mantenía preocupado por sus soldados.

Hacía todo lo que podía por mantenerlos bien física y espiritualmente.

Rezaba, consolaba, apoyaba.

Porque todo era una larga espera en la que había lugar para el miedo y la incertidumbre.

Mientras esto ocurría, el avance inglés había tenido éxito.

Desembarcados el 21 de mayo en la Bahía de San Carlos, habían avanzado hacia Darwin y allí, pese a los esfuerzos de la Fuerza de Tareas Mercedes, habían vencido a los defensores.

En la noche del 28 de mayo se produjo el ataque inglés, en donde falleció el Teniente Estévez.

Al día siguiente, los argentinos se rendían y dejaban que los ingleses siguieran su curso hacia Puerto Argentino.

El despliegue invasor se dirigía, entonces, hacia el este de la Isla Soledad, y se enfrentaría con dos cordones defensivos: el primero, en la línea imaginaria que unía de norte a sur, Monte Longdon, Dos Hermanas, Goat Ridge y Harriet.

Más al este, el siguiente, que se articulaba en la misma dirección: Wireless Ridge, Tumbledown, Williams y Sapper Hill, todas pequeñas elevaciones que daban su espalda a Puerto Ar­gentino.

En la primera de las posiciones nombradas estuvo el Subteniente Silva.

Llegó el 8 de junio y pasó a cumplir la misión de patrullar Goat Ridge de noche, mientras que de día debía ocupar espacio en la zona oeste del Dos Hermanas, junto a la sección del Subteniente Llambías Pravaz, un oficial un año más moderno que Oscar y que ya había tenido escaramuzas que le daban aire de veterano de guerra.

Nuestro héroe venía de la tranquilidad de la vigilancia en la península de Freycinet y pasó, de la noche a la mañana, a cumplir agotadoras jornadas de patrullaje en las zonas nombradas.

Pero nada logró bajar su ánimo.

Al contrario, ahora era el puntal también para Llambías quien, al encontrarse con un militar más antiguo, descansó un poco su responsabilidad en él.

Y de nuevo “el sapo” desplegó su mejor cualidad: la bonhomía.

Por otro lado, ya esperaban un ataque, porque tenían noticias de la caída de Darwin y entendían que, si el desembarco había sido al oeste de la Isla Soledad, ahora tendrían que venir en dirección a donde se encontraban ellos.

Cuando en la noche del 10 al 11 de junio, el Regimiento 3 de Paracaidistas británico atacó Monte Longdon; el Comando 42 de la Real Infantería de Marina hizo lo mismo contra Monte Harriet y el Comando 45 de la Real Infantería de Mari­na se dispuso a combatir hacia Dos Hermanas, nadie se sorprendió.

Por eso no les fue fácil.

En este último par de elevaciones (Silva patrullaba Goat Ridge de noche) Llambías resistió con su sección.

Cerca de allí, la actitud del regimiento fue heroica.

Muere el Teniente Martella y, uno tras otro, caen heridos (entre los jefes) los Subtenientes Nazer, Mosquera y Pérez Grandi.

En medio de la confusa noche, con los hombres que puede, Llambías se replegó y se encontró casualmente con Silva.

Juntos y con los últimos hombres de ambas secciones, se replegaron hacia el segundo cordón defensivo de Puerto Argentino.

Los ingleses avanzaron, pero a costa de mucha sangre propia.

Por eso, al día siguiente, se vieron obligados a descansar.

Así, mientras los argentinos se reacomodaban en la línea ya muy cercana a la capital de las islas, los invasores se sobrepasaban y dejaban en primera línea a las tropas frescas del Regimiento de Paracaidistas 2 (en dirección a Wireless Ridge) y los Guardias Escoceses y los Gurkhas (contra Tumbledown y Williams).

Mientras tanto, Silva no perdía la calma, como nunca lo hacía, pero demostraba algo de impaciencia por entrar en combate.

No lo había podido hacer en la noche anterior, porque su misión lo alejó del mismo.

Pero tenía su alma estremecida por la espera del momento de hacer la guerra.

Siempre sin perder la magnanimidad en su trato con sus soldados y subalternos, a quienes seguía consolando y acompañando; animando y conduciendo.

Pudiendo replegarse a la ciudad para evitar el combate, el patriota hizo lo que debía hacer: pedir un puesto de combate en la defensa y quedarse con todos los soldados de su sección que estaban en condiciones de hacerlo.

Lo ubicaron en la fracción del Teniente de Corbeta Vázquez, dentro de las tropas del Batallón de Infantería 5, y desde allí se preparó para el combate final.

Con la oscuridad del 13 de junio comenzó el ataque inglés.

Paracaidistas, Guardias escoceses y Gurkhas chocaron contra la última resistencia argentina.

Todo el poderío invasor se desató con su violencia y eficacia.

Los argentinos resistían y mataban, los atacantes morían y volvían a aparecer como si nunca perecieran.

Las posiciones fueron rodeadas, desgastadas, debilitadas por el fuego de artillería, lentamente, con mucho esfuerzo.

En el medio de todo ello, Oscar Silva había entendido que era su final.

Ordenó, disparó, condujo a sus soldados, los animó permanentemente.

Era un torbellino que no podía parar hasta encontrarse en el momento con el que había soñado toda su vida: el del máximo sacrificio por la Patria.

Usó un arma, otra y otra.

De pronto, se quedó sin munición.

Miró alrededor.

Vio a un soldado muerto con un fusil pesado a su costado.

Saltó a esa posición.

Lo tomó y decidió no separarse más de él.

Volvió a la suya y siguió disparando.

En eso, sintió algo caliente cerca de su cintura y comenzó a formarse un manchón rojo sobre su uniforme de combate.

Luego, lo mismo, pero cerca de su hombro.

Tocó su sangre y se aferró aún más a su arma.

En su entorno, los soldados fueron muriendo uno a uno.

Pareció quedarse solo.

Pero no era así, pues Dios estaba con él.

Y el FAP, que era su compañía en el último instante.

Era su “novia” como le decían en el Colegio Militar.

Cayó.

Con mucho esfuerzo, se incorporó a medias y ordenó a todos que se retirasen.

Él tenía con qué proteger el repliegue.

El enemigo siguió avanzando.

Juntó fuerzas, disparó el arma que tenía tomada con una sola mano, apoyando a los que se retiraban.

Alcanzó a gritar: ¡Viva la Patria carajo!

Y el bramido se escuchó desde Puerto Argentino… hasta el Cielo.

Finalmente, en Monte Tumbledown, la Poesía se convirtió en Historia y el cadáver del Subteniente Oscar Augusto Silva fue el estandarte soberano que flameó para siempre sobre nuestra tierra.

1) Se trataba de Antonio Caponnetto, quien por entonces dictó durante varios años un exitoso Curso de Historia Política Argentina, al que concurrió el entonces cadete, Oscar Augusto Silva.

Alberto Mansilla

martes, 13 de julio de 2010

YO VI MORIR A NUESTRO QUERIDO TENIENTE ESTEVEZ

Sergio Daniel Rodríguez ex-soldado conscripto

Pertenezco a la clase 63 e ingresé en febrero de 1982 en el Regimiento de Infantería 25, que tiene asiento en la localidad de Sarmiento, provincia del Chubut.

A poco de haber llegado, los que teníamos estudios fuimos separados del resto de los soldados conscriptos.

Yo estaba cursando la carrera de analista de sistemas en el primer año; me ubicaron en la sección de aspirantes.

El Teniente Roberto Néstor Estévez, quien posteriormente dejaría un recuerdo imborrable en todos nosotros, fue el que nos seleccionó personalmente uno a uno.

Comenzó una instrucción, que no vacilo en calificar de dura y severa, hasta el 24 de marzo a cargo de Estévez, que pertenecía el grupo de Comandos, y su segundo jefe de sección, el Cabo Primero Faustino Olmos, también de esa misma especialidad.

La instrucción era diurna y nocturna con todo tipo de armamentos, teorica–práctica, y estaba destinada solamente a este grupo seleccionado, que yo, gracias a Dios, tuve la suerte de integrar.

Debo añadir que esta instrucción fue altamente valiosa a la hora del combate y Estévez, un jefe calificado que no sólo se preocupaba por nuestro estado físico sino también por nuestra espiritualidad, no cesaba de darnos ánimo y valor con sus propios gestos personales.

Les cuento un ejemplo:

Allá, en el sur, hay unos pastos ásperos y filosos llamados coirones y durante nuestros habituales “cuerpo a tierra” y posteriores deslizamientos, tratábamos de evitarlos.

Al darse cuenta de esto, Estévez hizo él mismo el ejercicio, sin importarle las lastimaduras que tales matas le ocasionaron, y luego nos dijo:

“Si están en pleno combate, no van a tener tiempo de bordearlos, la guerra es así”.

Este tipo de ejemplos estaban muy a tono con su naturaleza de persona de una alta moral, ética y honor.

Y sólo tenía 24 años.

Nosotros, los AOR (Aspirantes a Oficiales de Reserva) en la mitad de la noche, más de una vez fuimos levantados y nos hacían salir a correr sorpresivamente bajo fina lluvia o nevizca, sólo vestidos con pantaloncitos cortos y ballenera (remera de manga corta).

Y como decía Nietzsche, lo que no te mata te fortifica.

Ese fue nuestro caso.

Del inicial grupo escogido, cuarenta y cinco, quedamos cuarenta.

Y esos cuarenta fuimos a Malvinas.

Aquel inolvidable 2 de abril nos tocó desembarcar al mediodía y nos sentíamos muy orgullosos en razón de pertenecer al único elemento del Ejército que participó de la operación de neto corte aeronaval en aquel momento.

A bordo del Almirante Irizar fuimos partícipes de una tocante ceremonia que nos concernía de un modo muy especial.

Como no habíamos tenido tiempo de jurar la bandera se organizó para nosotros una jura de nuestra enseña nacional, que tuvo el carácter de provisoria y levantó nuestro orgullo hacia las nubes.

Y ahí nos enteramos de que íbamos a Malvinas.

Puedo afirmar que, entre lágrimas y abrazos, ahí mismo se terminó de consolidar nuestro grupo.

Estuvimos brevemente en Puerto Argentino y luego, a bordo del barco Isla de los Estados fuimos enviados a Darwin con el objetivo de tomarlo.

Nuestro grupo de AOR era parte de la Compañía C, formada por tres secciones, Gato, Bote (la de Estévez) y Romeo, a cargo de Gómez Centurión.

Entre el 4 y 5 de abril nos asentamos en Darwin y comenzamos nuestras tareas de limpieza, minado y excavación de “pozos de zorro” y puestos de ametralladora.

Nuestro jefe directo era Estévez y el jefe de la compañía, el Teniente Primero Daniel Esteban. Yo era tirador de MAG (ametralladora pesada) y fui elegido para eso debido a mi buena puntería en aquellos ejercicios anteriores en Chubut.

Disponíamos de 2 MAG, 2 lanzacohetes y fusiles FAP y FAL.

Nuestra base de operaciones era una escuela kelper construida íntegramente de madera, que constaba de dos pisos; ahí estaba ubicada la compañía C.

Recuerdo que, faltando algo de raciones, algunos oficiales y suboficiales se fueron a cazar avutardas y durante tres días esos pajarracos fueron parte distinguida de nuestro menú.

Disponíamos de un buen equipo de abrigo, muchas medias de recambio y guantes que nos protegían manos y pies del frío.

El 1º de mayo, a las 8 de la mañana, los Harrier ingleses atacaron a los Pucará estacionados en el aeropuerto de Darwin.

Nosotros estábamos ubicados a unos 500 metros del aeropuerto y vimos perfectamente todo.

Darwin es un caserío, una especie de pequeña bahía, todo bastante plano geográficamente hablando.

Luego del ataque abandonamos la escuela y nos instalamos en nuestros “pozos de zorro”.

De ahí en más, el agua y el frío fueron nuestros íntimos compañeros.

Recuerdo que rezábamos al levantarnos y al acostarnos.

En los respiros que nos daban los desayunos hablábamos de nuestras respectivas familias y el hecho histórico y singular que estábamos protagonizando.

Todas esas cosas no hacían más que reforzar la alta moral que, inculcada por la labor encomiable de Estévez, existía en el grupo.

Debo añadir que el día 24 de abril hicimos nuestro juramento oficial a la bandera en suelo malvinense, privilegio que, creo, nadie lo tuvo.

La compañía se dividió. Rumbo a San Carlos marcharon Esteban y los suyos al caserío de Darwin, Gómez Centurión con su gente y nosotros quedamos en nuestros “pozos de zorro” a cargo de Estévez.

Y permanecimos en aquel sitio hasta el 27 de mayo, momento en que el Teniente Coronel Piaggi le ordenó a Estévez que debíamos marchar hacia la primera línea de combate, debido a que los ingleses, que habían desembarcado en San Carlos el 1º de mayo, avanzaban hacia Darwin y ya se habían producido enfrentamientos con efectivos del Regimiento de Infantería 12.

Según nos testimonió el capellán militar padre Mora, al recibir la orden, Estévez se puso contento.

“Era lo que estaba esperando”, dijo. A las 2 de la madrugada del 28 de mayo llegamos a Boca House (Casa Boca), sitio cercano al cementerio de Darwin que ya era zona de combate.

Al hacerlo, nos cruzamos con gente del Regimiento 12, a cargo del Subteniente Peluffo, que venía de combatir.

Estévez nos hizo desplegar en abanico y quedamos distribuidos allí.

Luego, a la derecha del abanico, entró en contacto con el enemigo y nosotros, que aún no estábamos en las posiciones que debíamos ocupar, según las órdenes recibidas, nos unimos con los del 12 para permitirles un respiro pues, mientras ellos se replegaron, nosotros contraatacamos.

Al hacerlo, chocamos con la compañía A del batallón de paracaidistas ingleses, que tenía unos ciento cincuenta efectivos y estaban muy bien armados.

Se peleó muy duro, sin dar ni pedir cuartel, en un combate que desde las 5 de la mañana se prolongó hasta casi las 10.

Fueron casi cinco horas de auténtica estadía en el infierno.

Nosotros efectuamos tres repliegues y sucesivos contraataques.

Ellos tenían apoyos de las fragatas que estaban en San Carlos y de artillería, combinada con los Blowpipe (misiles antiaéreos) que barrían el terreno.

La disparidad de fuerzas era abrumadora a favor del enemigo.

Al hablar de lo que fue ese combate, recuerdo las balas trazantes que iluminaban la oscuridad, los morterazos, los gritos de dolor y de furia con que unos a otros nos animábamos.

Debido a la elevada preparación física-espiritual con que contábamos, durante el combate estábamos calmos, tranquilos.

La angustia previa al choque con el enemigo nos había tenido nerviosos, pero ahora, en plena lucha, las cosas se revelaban tan simples como terribles.

Y en la sencillez del “matar o morir” todo estaba resumido.
Yo estaba a cargo de una de las dos MAG que teníamos y Zabala, otro soldado conscripto, era mi cargador de municiones.

Desde nuestro puesto disparaba a todo lo que veía o creía ver frente a mí.

De pronto, un proyectil de mortero cayó muy cerca de nosotros.

El pobre Zabala recibió de lleno las esquirlas y murió en el acto.

Yo recibí impactos de esquirlas en el perineal izquierdo.

Recuerdo que antes de perder la lucidez, atontado por la onda explosiva, le pedí a Dios que no me dejara morir allí.

Realmente no sé cuánto tiempo estuve inconsciente o atontado.

Luego, sin soltar mi MAG, me arrastré hasta un pozo cercano mientras sentía la tibieza de la sangre en mi piel y no sabía cuán herido estaba.

Me zambullí en el pozo y encontré que allí había soldados del 12.

Ese pozo era como tener una butaca para contemplar el infierno.

El Cabo Castro había intentado llegar también al pozo donde yo estaba cuando un proyectil de fósforo lo alcanzó y lo envolvió, convirtiéndolo en una antorcha humana.

Oíamos sus gritos desgarradores.

El pobre decía: “¡Rodríguez, máteme!”- gritaba mientras se quemaba vivo.

A Romero, otro soldado que estaba allí, le gritó lo mismo, pero nadie se atrevió a dispararle y terminar con su agonía.

Un rato después no escuchamos más su voz; que Dios lo tenga en la gloria.

Y llego en mi relato a lo que considero el instante supremo del combate, desde mi situación personal por supuesto.

No hay que olvidar que en medio de ese caos del combate muchos estaban sufriendo experiencias únicas e indelebles.

La que les narro a continuación fue la mía:

El Teniente Estévez estaba recorriendo las posiciones, gritando órdenes a derecha e izquierda, todo esto, repito, bajo el terrible fuego enemigo.

Al salir del pozo contiguo al mío recibió dos balazos en el brazo y pierna izquierda, respectivamente.

Tambaleándose, llegó al pozo donde yo me encontraba.

Este valeroso oficial, sin preocuparse de sus propias heridas, me preguntó por las mías, pues yo estaba ensangrentado.

Le contesté que podía arreglármelas.

Estévez tomó un FAL y comenzó a disparar; luego, por radio estuvo dando nuevas órdenes.

Mi MAG la tomó otro soldado del 12 y abrió fuego contra el enemigo.

Ese soldado recibió un balazo en la cabeza, obra de francotiradores –los que mayores bajas causaron en nuestra dotación– y cayó muerto.

Éramos cinco en el pozo en ese momento.

Comenzamos a soportar fuego directo de morteros y las cercanas explosiones de los proyectiles que caían nos arrojaban lluvia de tierra sobre nuestras cabezas.

Estévez, lo repito, sin importarle sus heridas, tomó el casco del soldado muerto del 12 y me lo colocó en la cabeza para protegerme, ya que nosotros usábamos boinas verdes y eso no protege nada ante una bala o una esquirla.

En ese momento recibió un nuevo balazo en el pómulo derecho y se desplomó pesadamente a mi lado.

Tratamos de auxiliarlo y le oímos decir algo, que nadie entendió, y luego expiro.

Como estaba cargado de granadas, cualquier proyectil podía impactarlas y volarnos a todos, se las quitamos y sacamos el cuerpo fuera del pozo.

Luego, afuera, su cuerpo de héroe recibió numerosos balazos más, quedó casi irreconocible y la prueba de esto es que luego del combate lo reconocieron por la manera especial que tenía, como lo hacen los comandos, de atarse los cordones de los borceguíes.

Tomé la radio y después de algunos intentos logré comunicarme con el Teniente Coronel Piaggi y le informé que Bote (nombre clave de Estévez) estaba muerto. Le pedí instrucciones.

“Esperen y aguanten hasta que lleguen los Pucará de apoyo”- me contestó.

Los Pucará nunca llegaron.

Entretanto, los ingleses habían logrado tomar las alturas y desde allí su fuego nos estaba acribillando.

El Subteniente Peluffo, para evitar un inútil derramamiento de sangre, ya que habíamos agotado todas nuestras municiones, alzó la bandera blanca y todo terminó para nosotros.

Recuerdo que en nuestras posiciones los muchachos se pusieron a fumar o comer chocolates y caramelos, embargados de una total tranquilidad y satisfacción por haberse batido como bravos.

Al tomarnos, nos registraron como prisioneros y los ingleses descubrieron que teníamos ocultos cuchillos y “ahorcadores” (tanzas usadas para estrangular) y algunos recuerdos de tropas británicas que habíamos conseguido después de desembarcar.

Eso, más que nada, los hizo entrar en furia y nos golpearon.

A mí, que estaba herido en el suelo, tendido sobre un chapón, me propinaron un puntapié.

La noche del 28 nos efectuaron los primeros auxilios.

El Soldado Giraudo, que fue herido cumpliendo funciones de estafeta bajo el fuego enemigo, falleció esa noche.

Sé que todos mis compañeros caídos, con el Teniente Estévez a la cabeza, deben estar ahora en el paraíso brutal de los valientes.

Y vaya mi recuerdo sincero y emocionado para todos ellos.

Prosigo con mi relato.

A la mañana siguiente – era el 29 de mayo– nos llevaron a un hospital de campaña en San Carlos y allí me efectuaron dos operaciones, una colostomía (ano contra natura) y una operación de búsqueda en el interior de mi cuerpo, tratando de localizar fragmentos de proyectil.

Posteriormente, cirujanos argentinos me hicieron otras cuatro operaciones. Estando internado, un compañero me relató que Gómez Centurión y un grupo de prisioneros intentaron fugarse para regresar a nuestras líneas, pero no pudieron lograrlo.

Luego fui trasladado al buque hospital Uganda y ahí un capellán inglés, que hablaba un perfecto castellano, me dijo:

“La guerra se terminó para vos”.

Antes de que me trasladaran al Bahía Paraíso, el 5 y 6 de junio debí soportar, como todos mis compañeros, el interrogatorio de la inteligencia inglesa.

El hecho de tener prisioneros “boinas verdes” en San Carlos y Darwin y la enconada resistencia que les opusimos les hacía no creer que cincuenta efectivos con sólo dos MAG, dos lanzacohetes y fusiles, hubieran podido detener a toda una compañía de tropas altamente especializadas, obligándolas a replegarse tres veces durante aquellas cinco horas infernales.

Así fue, ciertamente, el combate de Goose Green o Pradera del Ganso.

Algunos pocos soldados del 8 y del 12 y nuestra sección AOR dio material al jefe del comando inglés, Brigadier Mayor Julian Thompson, que en su libro No pic-nic describió la dureza de esta batalla que retrasó considerablemente los planes ingleses de tomar Darwin.

También supe que en otra acción durante el 29, el Teniente Coronel Jones, Jefe del Batallón de paracaidistas ingleses, murió en un choque con las fuerzas de la sección Romeo, a cargo del Subteniente Gómez Centurión.
El regreso

El 7 de junio desembarqué en Puerto Belgrano y permanecí internado en el hospital naval por seis meses, afrontando, como ya dije, cuatro operaciones más. Aquel maravilloso grupo formado por el Teniente Estévez aún perdura.

Entre agosto y octubre de cada año solemos reunirnos en comidas de camaradería donde abundan los recuerdos, las emociones y por qué no alguna que otra lágrima furtiva.

A pesar de todas las penurias sufridas, he logrado rescatar lo positivo que hubo y que fue mucho.

Quien tiene a la muerte cara a cara no deja, después de esos momentos, de mirar la vida de otra forma, la jerarquiza y trata de darle el más valioso y noble de los sentidos, el del amor a la familia, el trabajo, el estudio, la responsabilidad y el respeto.

El haber tenido el privilegio de estar junto a hombres de la talla del Teniente Estévez, que se convirtió en un modelo a seguir en mi vida, es algo que me ha marcado a fuego y que jamás olvidaré.

Malvinas fue un punto de inflexión en nuestra historia.

Nada será igual después de eso.

Ojalá todos los argentinos nos encolumnemos tras el objetivo de recuperarlas, esta vez siguiendo los caminos de la diplomacia, el respeto mutuo y la paz.

En lo personal, me he propuesto rastrear, investigar, profundizar para rescatar del olvido a esos héroes y sus ejemplos, cosa que noto está faltando en la actual sociedad argentina.

Los conceptos de patria, probidad, honor, moral, ética, sustentados con la propia vida, estrella polar de los que cayeron en el Atlántico Sur, no deben caer jamás en saco roto.

A las nuevas generaciones debemos hacerles conocer quiénes fuimos los que padecimos y luchamos y que ahora tenemos una edad de alrededor de cuarenta años; nosotros comenzamos a ser los nuevos dirigentes de este ciclo.

Dios quiera que sepamos volcar nuestras experiencias para construir una Argentina mejor.

Deseo volver a Malvinas, detenerme ante la tumba del Teniente Estévez y las de mis compañeros caídos.

Quiero volver a cierta ruta natural donde junto al Padre Mora emplazamos la imagen de la Virgen, ante la que teníamos misa por las mañanas.

Quiero volver a rezar allí por el alma de los vivos y los muertos y agradecerle por haberme preservado.

Y pedirle fuerza y conciencia para que mi vida no sea inútil sino provechosa para quienes me rodean, mi comunidad y mi familia.

viernes, 9 de julio de 2010

EL SILENCIO NO ES SALUD

En el día de hoy se cumplen 194 años de la Independencia de la República Argentina.

Creo que la importancia de la fecha excede largamente el "fin de semana largo" y que merece algunas consideraciones al respecto.

Ante todo, la noción de independencia parte de que en teoría nuestro país sería independiente de las potencias europeas que han avasallado en reiteradas oportunidades al territorio nacional.

La realidad nos lleva reflexionar que pese a los 194 años de historia como país independiente no ha habido importantes avances en lograr la declamada "autodeterminación" como "nación libre, justa y soberana".

Esta actitud, inducida culturalmente por muchos gobiernos ha degradado las fechas patrias hasta convertirlas solamente en un evento escolar digno de ser cubierto por las revistas que uno accedía cuando era niño.

Nuestros gobernantes deben comprender que la independencia no se declama, se la ejerce. Y se la ejerce garantizando la plenitud de los derechos constitucionales para todos los ciudadanos.

Es absolutamente intolerable que entrado el siglo XXI todavía se siga hostigando y persiguiendo a los que alzamos nuestra voz para defender los derechos civiles de un sector de la sociedad argentina.

Les guste o no les guste a ciertas personas que viven y gobiernan como si estuvieramos en la Argentina lopezrreguista de la década del setenta, quien escribe estas líneas lucha por el reconocimiento moral e histórico de todos los soldados que estuvimos defendiendo a la soberanía nacional desplegados en el Territorio Continental Argentino entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982.

Defender a la Patria no es una serie de palabras huecas, como si fueran las burdas promesas incumplidas de nuestros dirigentes en las campañas electorales.

La Patria es un concepto mucho más amplio que tal o cual coyuntura política, puesto que es el territorio donde una comunidad se desarrolla histórica, cultural y económicamente.Y la defensa de nuestro territorio nacional es la protección de nuestros seres queridos y de todo lo que nuestros antecesores han construido con su sacrificio y esfuerzo.

Lamentablemente, nuestra Patria se ha visto asolada por diversos sectores políticos o empresariales que en varias etapas históricas han llegado legal o ilegalmente al poder y que entran en un delirante estado de intoxicación y actúan como si fueran los creadores y dueños de la Nación Argentina.

En ese momento, todas las ideologías, proyectos y programas se igualan hacia abajo puesto que el gobernante se convierte en "sistema" y adopta una postura "conservadora" en el sentido más perverso del término.

Aquí no se habla de un "conservadurismo" político, me refiero a un conservadurismo retrógrado y anquilosado ejercido como una herramienta de poder para que nada cambie.

Y para preservar el status quo nace la necesidad de que los detentadores del mando deben ser reelectos en forma indefinida o se ven obligados a preparar a sus "delfines" para que sigan con el mandato para conservar sus privilegios y detener la lógica evolución de la estructura social.

Y en muchos casos, porque no pueden hacerle frente a los reclamos de la ciudadanía, no han dudado en aplicar el poder para acallar por medio de la violencia y la intimidación a todas aquellas voces que resultan inconvenientes para el gobierno de turno.

En este caso la presión se instrumenta por medio de la intimidación, la amenaza, las listas negras, o la abierta exclusión del sistema laboral para impedir el lógico desarrollo de un individuo y su plena inserción social.

Hace no tantos años, la sociedad argentina ha llegado a su máximo punto de intolerancia cuando avaló con su silencio cómplice las barbaridades cometidas por la dictadura militar la cual instaló uno de los sistemas represivos más brutales del siglo XX con la instauración del "terrorismo de estado" para aniquilar cualquier tipo de resistencia contra el sistema conservador imperante.

Pese a las sentencias de la Justicia Federal que han condenado a los oficiales de las fuerzas armadas argentinas a duras penas de prisión por los crímenes de lesa humanidad, ha sido una justicia incompleta puesto que aquí solamente se ha castigado al brazo ejecutor de las barbaridades cometidas en los campos de exterminio.

Todavía siguen impunes los sectores sociales minoritarios y reaccionarios que indujeron a la cúpula de las Fuerzas Armadas a tomar por asalto al poder y que no dudaron en vulnerar las instituciones democráticas el 24 de marzo de 1976 para imponer un régimen conservador que sería mantenido a sangre y fuego hasta después del conflicto de Malvinas.

No nos engañemos de que hasta el cadete de la Casa Rosada durante la dictadura tenía rango militar y que la Junta Militar aterrizó en un plato volador sobre el helipuerto de la Casa Rosada para sojuzgar a toda la ciudadanía.

Hubo una gran cantidad de civiles que formaron parte de este proceso bestial y sangriento que terminó llevando a la muerte a muchos argentinos.

Y estos personajes son los que incentivaron a los crímenes de lesa humanidad que ocurrieron en los centros ilegales de detención.

En consecuencia, por eso tienen la misma responsabilidad penal que aquellas bestias humanas que asesinaban, robaban, violaban y torturaban en los centros clandestinos de detención.

Esta incentivación fue hecha para mantener el "status conservador" de que nada cambie y que todo ciudadano que intente "cambiar" las cosas debería pagar con su vida el haber desafiado a un sistema que tiene como eje principal el fomentar las desigualdades sociales para enriquecer a determinados sectores de privilegio.

Y ese sistema fue el que nos llevó a la humillante derrota en la guerra por nuestras Islas Malvinas.

Es más, con estudiar sociológicamente a las de tropas fueron desplegadas en el archipiélago se puede hacer un manual sobre la lucha de clases argentinas.

Durante muchos años, las unidades dependientes del Primer Cuerpo de Ejército con sede en la Guarnición Militar Buenos Aires fueron las unidades de privilegio del Ejército Argentino.

Estas fuerzas contaban con los mejores equipos militares para afrontar cualquier tipo de tarea castrense, cosa que no pasaba con las guarniciones del interior de nuestra Patria.

Si vemos el organigrama de la fuerza terrestre desplegada en nuestras Islas Malvinas nos encontramos que el núcleo del Ejército Argentino consistió en la movilización de la Décima Brigada de Infantería Mecanizada con asiento en La Plata.

Y alrededor de la "X° Brigada" se reforzó a la guarnición militar de nuestras Islas Malvinas con soldados provenientes del norte del País, como el RI4 de Monte Caseros (la unidad de los Indios Bravos "Avá-Ñaró" de mi querido amigo Pablo Vicente Córdoba) y con diversas unidades que provenían del interior profundo de nuestra querida Argentina.

Tampoco hubo mucha coherencia por parte de los mandos militares, ya que el grueso de las tropas argentinas eran los soldados que fuimos reclutados por medio del derogado Servicio Militar Obligatorio que haciendo uso de una norma constitucional (usada por una dictadura que había sojuzgado a las instituciones democráticas) obligaba a los ciudadanos a la defensa de la Patria.

Como estábamos bajo mando militar en una tiranía, fuimos desplegados caprichosamente a lo largo y a lo ancho de las fronteras argentinas.

Ya sea en La Quiaca como en Ushuaia sin dar ningún tipo de explicaciones. De la misma manera que se seleccionó a los soldados que fueron movilizados a nuestras Islas Malvinas.

Son los responsables del régimen los que decidieron quien se despliega en el archipiélago y quién no.

Aquí no hubo el libre albedrío para ocupar tal o cual puesto de combate. Directamente se cumplía con lo que determinaba "la superioridad".

De hecho, la gran mayoría de los soldados que le pusimos el cuerpo al conflicto del Atlántico Sur fuimos los soldados conscriptos que estábamos bajo bandera o que fueron reincorporados conforme a las órdenes emanadas por la Junta Militar.

Los "señores de la vida y de la muerte" que habían "liberado" a nuestro país del "yugo marxista" y del "régimen peronista" para mantener a sangre y fuego los privilegios de ciertos grupos sociales rara vez aparecieron durante el conflicto armado de 1982 contra el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte.

La gran mayoría de los represores prefirió disfrutar del confort de sus flamantes hogares porteños y usufructuar de los privilegios brindados por el sistema conservador por haber contribuído con su brutalidad a la perpetuidad del régimen militar.

Total, el enfrentamiento con las tropas británicas iba a ser soportado por los ciudadanos reclutados por el Servicio Militar Obligatorio que provenían de diversos sectores del país.

Esta canallada, también incentivada por los sectores que no quieren que nada cambie, no solamente fue avalada por las Fuerzas Armadas.

Sino que con la caída del régimen militar los mismos sectores sociales discriminaron y condenaron al silencio a todos los que tuvimos que ver con el conflicto armado de 1982.

Nuestro crímen había sido perder una guerra y que por eso debíamos afrontar la eterna condena del perdedor social y el desprecio absoluto de los sectores que habían apuntalado a una dictadura vanidosa, cleptómana y sangrienta.

Y el peor castigo al que nos han sometido es el silencio, porque como culturalmente impusieron los comunicadores sociales de la dictadura "el silencio es salud" con el dedito autoritario de esa enfermera que coloca la falange sobre sus labios en un gesto imperativo que marcaría una época en nuestra cultura.

Esta actitud represiva le costó a nuestro país la muerte de más soldados que los que fallecieron durante el conflicto armado de 1982.

Por eso, ha llegado la hora de levantar la voz y de denunciar públicamente que en un país que se dice soberano y que ha adoptado el sistema de gobierno democrático, o sea que elige libremente a sus gobernantes por medio del sufragio universal, sigue violando los derechos humanos de los ex-soldados que defendimos al Territorio Continental Argentino a lo largo y a lo ancho de las fronteras de la Patria entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982.

Y es así, puesto que los ex-soldados nos encontramos comprendidos dentro de las leyes internacionales. Entre otros convenios, la República Argentina viola la Convención de Ginebra cuyo Protocolo I, Sección II, Artículo 43 dice:Sección II - Estatuto de combatiente y de prisionero de guerraArtículo 43

- Fuerzas armadas

1. Las fuerzas armadas de una Parte en conflicto se componen de todas las fuerzas, grupos y unidades armados y organizados, colocados bajo un mando responsable de la conducta de sus subordinados ante esa Parte, aun cuando ésta esté representada por un gobierno o por una autoridad no reconocidos por una Parte adversa.

Tales fuerzas armadas deberán estar sometidas a un régimen de disciplina interna que haga cumplir, inter alia, las normas de derecho internacional aplicables en los conflictos armados.

2. Los miembros de las fuerzas armadas de una Parte en conflicto (salvo aquellos que formen parte del personal sanitario y religioso a que se refiere el artículo 33 del III Convenio) son combatientes, es decir, tienen derecho a participar directamente en las hostilidades.

3. Siempre que una Parte en conflicto incorpore a sus fuerzas armadas un organismo paramilitar o un servicio armado encargado de velar por el orden público, deberá notificarlo a las otras Partes en conflicto.

Por eso, en el día de nuestra independencia nacional, considero que el mejor recordatorio para el nacimiento de nuestra Patria es alzar la voz para decir que sigue siendo una deuda moral e histórica por parte de la República Argentina la falta de reconocimiento moral e histórico para los ex-soldados que defendimos al Territorio Continental Argentino entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982 sin ningún tipo de discriminación geográfica o política.

Y que su negación constante, sigue siendo un acto absolutamente autoritario que solamente puede ser interpretado como una complaciente colaboración con los sectores más recalcitrantes y conservadores de la vida política argentina.

Aquellos que no dudaron en mandar a la muerte a miles de argentinos para que unos pocos sigan conservando sus privilegios construidos sobre la memoria de decenas de compatriotas que han dejado sus vidas o su salud para defender a la integridad de nuestra Patria o para intentar que algo cambie.

Cuando la República Argentina reconozca a los ex-soldados que defendimos al territorio nacional durante la gesta de Malvinas, podrá decir ante las naciones del mundo que es un país independiente y una nación que respeta plenamente las leyes internacionales.

Además podrá decirle al mundo que es una nación que se ha independizado del un conservadurismo hipócrita que ha demostrado a lo largo de la historia argentina que es capaz de violar los derechos humanos más fundamentales para impedir que algo cambie.

El mismo conservadurismo que nos ha condenado al silencio eterno por haber perdido una guerra y que nos llevara como carne de cañón descartable a los cuatro puntos cardinales de nuestra Patria.

Como ha llegado la hora de que esto cambie, creo que ha llegado el momento de decir basta y que la sociedad argentina comprenda que el silencio no es salud.


Jorge Adrián Rudi
Ex-soldado clase 1963

jueves, 8 de julio de 2010

EN MEMORIA DE LOS MUERTOS EN COMBATE

Desde la Tierra del Fuego, Invito a todos los integrantes de ese portal, a visitar esta presentación, de los Peregrinos en su travesía desde, Ushuaia Tierra del Fuego

Hasta Punta Alta Pcia de Buenos Aires, con el unico objetivo, rezar el Santo Rosario en

memoria de Nuestros Camaradas, Muertos en Combate.

Desde ya agradeceré, Difusión de la misma
Mauricio Félix Ramos
Presidente Asociación Veteranos de Guerra Continentales Tierra del Fuego

Dar Click en el siguiente enlace para ver el video

http://www.youtube.com/watch?v=79i8kF5Oo9U

jueves, 1 de julio de 2010

MALVINAS::LO QUE SE VIENE

La entrega del petróleo que el gobierno se trae bajo el poncho

La provincialización del conflicto de Malvinas , y el Fideicomiso Austral, por el que se cedió el 50% de las regalías petroleras offshore a Tierra del Fuego.

Una noticia se repite rutinariamente todos los años para esta época referida al conflicto de Malvinas, monótona como las gotas de lluvia.

Ella nos dice que el Comité de Descolonización de la ONU aprobó una nueva resolución, donde pide a los gobiernos de Argentina y el Reino Unido reanudar las negociaciones para encontrar una solución pacífica a dicha controversia.

La resolución no solo no es ninguna novedad, sino que no tendrá ningún efecto práctico.

Desde hace tiempo el Comité de Descolonización no tiene relevancia alguna en la estructura de la ONU, al punto tal que hay que encontrarlo con lupa en el organigrama.

Hace más de 20 años que no produce resultado alguno.

Y además este año finaliza el plazo que se le fijó para la eliminación del colonialismo, sin que se haya definido su continuidad.

Los medios informan que en dicha sesión nuestro flamante canciller lanzó un durísimo discurso anticolonialista.

Los cuales generalmente, conforme a la experiencia desde Menem en adelante (que prometía tomar a las Malvinas a sangre y fuego) cuanto más duros son para conformar a la tribuna, más inconsecuentes son en relación a los hechos.

Si es que a la par no viene camaleonicamente un gato escondido por liebre, como sucedió con Menem.

Esa teatralización parece repetirse nuevamente en esta ocasión.

Posibilitando que tras las bambalinas se consolide definitivamente el formidable negocio de la explotación del petróleo de Malvinas por parte del Reino Unido.

Seguidamente se expone esta gravísima cuestión, en el entendimiento que esta información debería servir para que se reflexione sobre los peligros que se ciernen y se produzcan rectificaciones absolutamente necesarias para defender nuestro inmenso patrimonio austral.

Los antecedentes personales del actual Canciller:

Los camaleónicos antecedentes de nuestro canciller Héctor Timerman, le quitan toda credibilidad a sus palabras. En 1976 como director del diario LA TARDE propiedad de su padre, apoyó fervientemente la instauración del Proceso Militar, colaborando en la instalación del clima que justificó el golpe.

Pero seguidamente la familia Timerman, pese haber sido un elemento mediático clave para la perpetración del golpe, cayó en desgracia, porque algunos militares toscos no lograban entender la conexión que habían descubierto entre Timerman y el banquero Graiver, que había reciclado los dineros del secuestro de los hermanos Born perpetrado por los Montoneros.

Y la relación de ambos con Pedro Jorge Martínez Segovia, presidente de Papel Prensa propiedad de Graiver, y primo del famoso José Alfredo Martínez de Hoz.

No les entraba en su coleto que era todo parte de un mismo paquete.

Consistente por un lado, en magnificar el fenómeno guerrillero mediante dudosos e impactantes secuestros, y aún más dudosos rescates multimillonarios, reciclados por Graiver y Martínez Segovia en el Banco Comercial del Plata.

(En los que a la larga, el secuestrador apareció como socio del secuestrado, como es el caso de Galimberti y los hermanos Born).

Y por el otro magnificar aun más ese fenómeno mediáticamente, para justificar la irrupción del sangriento golpe, que cambió para siempre el curso de la historia, la economía, y la sociedad argentina.

Por esa razón, cargando el peso de ese fracaso de mercenario periodístico al servicio del golpe, del que nunca dio debida cuenta (ni tampoco menciona actualmente es su curriculum) Héctor Timerman se exilió en 1978 a Estados Unidos, donde adquirió ciudadanía norteamericana, que no es nada fácil de obtener.

Posteriormente, para borrar su perniciosa actuación anterior (en un vuelco parecido al de Galimberti) regresó como abanderado de los derechos humanos, pese su complicidad en la instalación del golpe que los violó a mansalva.

Eso le permitió a su padre cobrar una fabulosa indemnización por los perjuicios que le había ocasionado el Proceso Militar, pese haber sido uno de sus mentores mediáticos.

Luego en el 2003 se postuló como candidato a diputado por el ARI de Carrió.

Pero seguidamente con la agilidad de un canguro buscando el calor del poder, pasó a militar en el ultrakirchnerismo, siendo premiado en el 2004, con el consulado en Nueva York.

Y luego en el 2007, con el cargo de embajador en Washington, para el que tuvo que renunciar a su ciudadanía norteamericana, desde donde saltó limpiamente a ocupar el puesto de canciller.

Cabe la pregunta de cómo este señor con los antecedentes que cuenta de ostensible, público y notorio apoyo al Proceso Militar, puede haber llegado a ser canciller de un gobierno que se dice defensor a ultranza de los derechos humanos.

Hay algo profundamente grotesco e inauténtico en los últimos treinta años de la política argentina.

En donde el pasado de los personajes no existe para nada, o puede ser adaptado para cualquier ocasión, y al final uno no sabe para quién realmente juega.

Y donde además, como se verá a continuación, lo que se dice nada tiene que ver con lo que se hace, ni con lo que se piensa hacer.

Y menos aun con lo que sensatamente debe hacerse.

El engañoso discurso del flamante canciller ante la ONU
A los dudosos antecedentes del flamante Canciller, se suma ahora su sospechoso discurso.

Tras denunciar la “aventura colonialista del Reino Unido en el Atlántico Sur, basada en la rapiña de los recursos naturales no renovables”, Timerman se explayó sobre los enormes riegos ambiéntales que ella supone, trayendo a colación la catástrofe ambiental producida por la plataforma de BP (British Petroleum-Amoco) que se incendió en el Golfo de México.

Además dijo que esos riesgos podrían multiplicarse, al carecer esa aventura de apoyo logístico en las costas del continente.

Pero ni se le ocurrió apuntar la hipócrita desmesura de la postura del Reino Unido, que afirma que “nada tiene que ver con la prospecciones en las aguas de las Malvinas, que es un asunto de los isleños”.

Pese a que estos son solo 2.000 personas, que supuestamente quieren explotar para su exclusivo beneficio, como jeques de un extenso emirato marítimo, el área del millón y medio de kilómetros cuadrados que rodean las islas, equivalentes a la mitad del territorio de Argentina, con todos los riesgos que ello implica.

Seguidamente Timerman se despachó diciendo: “Mi Gobierno no es contrario a cooperar con el Reino Unido en aspectos prácticos que se derivan de la situación de hecho imperante en el Atlántico Sur, bajo el debido resguardo jurídico y con el objeto de crear el marco propicio para que las dos partes podamos reanudar las negociaciones.

El Reino Unido, sin embargo, se considera por encima de los llamados de la comunidad internacional, y desdeña la opinión de las Naciones Unidas.

Se arroga el derecho de ser el único árbitro, de cuándo, cómo e incluso de si se va o no a negociar, y, por el momento manifiesta no estar dispuesto a hacerlo, quizás con el objetivo de pretender consolidar su ilegítimo acto de fuerza nunca consentido por la Argentina.

Esto es inadmisible”.

La frase “cooperar con el Reino Unido en aspectos prácticos”, tiene un rancio sabor a la nefasta política de los 90´ de “cooperación” y “seducción”, que se materializó en los -aún vigentes- Acuerdos de Madrid, de Menem, Cavallo y Di Tella.

Ya nuestra presidenta Fernández de Kirchner había hablado de “cooperación” en la reciente cumbre de Jefes de Estado latinoamericanos realizada en febrero pasado en Cancún.

Pero ¿cuál es la cooperación que ahora se propone con el Reino Unido?

La pista la encontramos en la siguiente fotografía, donde aparecen ufanos a la diestra de Timerman, el embajador en la ONU Jorge Argüello, y a la siniestra la gobernadora de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, la ex arista Fabiana Rios.

Ésta, cambiando la bocha de la soberanía por la del medio ambiente, según el diario CLARIN se despachó diciendo:

“Se trata de un problema medio ambiental en una jurisdicción sobre la cual no podemos ejercer ninguna autoridad como es Malvinas.

Eso es lo que más nos preocupa”. A lo que Timerman agregó “que las empresas británicas no le han presentado a la Argentina ningún tipo de garantías ambientales”.

¡Caramba¡ Se trataba de una cuestión de “colonialismo y rapiña” en abierta violación a “la soberanía sobre la totalidad de nuestro territorio y el sostenimiento de un enclave colonial contra el imperio del derecho, la historia, la razón y la justicia” como dijo Timerman en su resonante discurso.

O solo una cuestión de polución ambiental.

Son cosas muy diferentes, como comenzar hablando de religión y del destino del hombre en el cosmos, y terminar hablando de los hábitos de higiene bucal.

Pero lamentablemente no se trata de furcios verbales o frases sacadas de contexto, sino que están en perfecta sintonía con hechos concretos que se han mantenido ocultos, o se han aprobado sin el suficiente debate.

Y que marcan un curso de acción que necesariamente conduce a la entrega del petróleo malvinense.

El plan de entrega del petróleo malvinense:

Esta política que conducirá a la entrega lisa y llana del petróleo malvinense a los británicos, se aceleró a mediados del año pasado como si el gobierno argentino estuviera operando en tándem con las necesidades británicas.

Así a la par que las compañías inglesas se preparaban para despachar la plataforma de prospección Ocean Guardian, el gobierno nacional concretó un súbito acercamiento con el gobierno de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, encabezado por la Rios.

Que olvidó su filiación al ARI, se plegó al kirchnerismo, y como se verá, pasó a ser un puntal en esa política de entrega.

A la que además se le pretende conferir el carácter de “política de Estado”. Término con el que se denomina en Argentina a aquellas acciones destinadas a joder al pueblo o la nación, sea quien sea el partido que gobierne.

Por esa razón acompañaron a Timerman y Rios en su periplo por la ONU, los senadores Filmus, Mestre y Giustiniani.

Pero esta “política de Estado” no es una improvisación del actual gobierno. Se trata de un eslabón más de una misma política, cuyas raíces se echaron en los ´90, producto de la ausencia de voluntad de confrontación real por el tema Malvinas con el Reino Unido.

Resultado de una mezcla infame de incapacidad, impotencia, pusilanimidad, y tácita complicidad por parte de la dirigencia, ante un desafío que no se anima a enfrentar, o no sabe como hacerlo.

Y por eso lo elude con discursos tan encendidos, como vacíos de contenidos prácticos.

En estas nefastas “políticas de Estado”, no hay diferencias entre el gobierno y los “monopolios mediáticos”.

Por el contrario desde estos permanentemente y desde hace mucho tiempo, se alienta un posibilismo pedestre y supuestamente realista, propio del que se declara vencido de antemano, sin aceptar el enorme desafío que implica la cuestión de Malvinas.

Recientemente el editorialista de CLARIN Eduardo Van der Kooy (23/06/10) lo expresó con todas las letras, al abordar la noticia de la asunción de Timerman y las cuestiones pendientes en su cartera:

“El litigio eterno por las islas Malvinas ha perdido intensidad, quizás porque la guerra de la dictadura tornó impotente cualquier intento nacional.”

El periodista estrella de CLARIN, en línea con la postura adoptada por el Reino Unido, hizo mención a la guerra del ’82, como si fuera definitoria.

Si así fuere, si las guerras definieran todo, que sería Europa ahora, luego de atravesar guerras de altísima intensidad, con masacres y genocidios incluidos.

Van der Kooy niega la realidad, y niega el presente de hiperactividad e hiperintensidad del conflicto en el Atlántico Sur, que está en las páginas de los diarios.

Parecería que ni siquiera lee el diario CLARIN. Pero mas allá de los discursos más duros o más blandos, sobre estos pusilánimes fundamentos sintetizados por Van der Kooy, se ha desenvuelto la política de Malvinas desde 1982 en adelante.

Y especialmente desde 1989 en adelante, pese a lo prometido previamente por Menem con su ¡Siganmé que no los voy a defraudar!

Por su lado el Reino Unido la cosa la tiene clara.

A la reunión del Comité no concurrió ningún diplomático inglés. Solo fueron dos concejales de la Asamblea Legislativa de Malvinas, supuestos representantes de los isleños, pero que no han nacido en las islas. Emma Edwards, nacida en Portsmouth y experta en petróleo.

Y Gavin Short, ex miembro de la fuerza de defensa de las islas, quién se encarga de estimular permanentemente el chauvinismo de los kelpers, reclamando que se embandere “cada casa, cada hogar, flameando el emblema de las Falklands”.

La actual política de entrega se asienta en un conjunto de decisiones y acciones, que solo pueden calificarse de absurdas o suicidas, si se la mira desde la óptica del interés nacional.

Al tratarse de acciones que claramente debilitan la posición argentina y fortalecen la posición británica.

Es como si las decisiones propias las tomara el enemigo, y pavimentara así su plan de conquista.

No se puede encontrar otra explicación a dos cruciales decisiones que se han adoptado recientemente: la ley de fijación de límites de la Provincia de Tierra del Fuego (Ley Nro. 26.552); y la creación del Fideicomiso Austral.

La primera, con el asesoramiento de la cancillería, fue sancionada a los apuros, y sin ningún tratamiento por parte del Congreso a fines del año pasado, fijando los límites a la provincia argentina más austral.

Que se convirtió así en la provincia más extensa del país, al incorporar a ella todas las islas del Atlantico Sur, y la Antártida hasta el Polo Sur, donde la gobernadora Ríos no llegó nunca.

De esta manera las islas Malvinas y las Georgias pasaron a ser virtuales municipios de dicha provincia.

Y en consecuencia el conflicto de Malvinas bajó dos escalones.

De una contienda internacional, pasó a ser prácticamente una contienda intraprovincial, bajo la órbita de la gobernadora Ríos.

Por su parte el Fideicomiso Austral fue creado en el pasado abril, a la par que plataforma Ocean Guardian iniciaba sus tareas en Malvinas, como consecuencia de un acuerdo entre el Ministerio de Planificación nacional y la Provincia de Tierra del Fuego; que aún no tuvo aprobación en la legislatura fueguina, ni tampoco fue autorizado por el Congreso Nacional.

Mediante este acuerdo, el Ministro De Vido cedió a la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, el 50% de las regalías petroleras que le correspondían a la Nación en toda la plataforma continental austral.

Y en el que se estipula expresamente que el acuerdo incluye las aguas en disputas por el conflicto de Malvinas, que actualmente se encuentran bajo dominio inglés.

La palabra fideicomiso en manos de De Vido, lamentablemente en Argentina es sinónimo de corrupción y gato encerrado.

Y en este caso lo es con creces, al manchar el conflicto de Malvinas, que se cobró la vida de casi setecientos argentinos que yacen en las islas o la profundidad del Océano Atlántico, de una forma absolutamente promiscua e indebida.

La excusa para crear este fideicomiso fue la misma con la que Menem y Néstor Kirchner llevaron a cabo en los ´90 la rifa de la petrolera de bandera YPF: regalías supuestamente mal liquidadas.

En este caso un conflicto por regalías en el área of shore del mar territorial de la isla de Tierra del Fuego, que abarca solamente 50.000 kilómetros cuadrados.

Y para supuestamente zanjar el mismo, se le otorgó a Tierra del Fuego el cobro de regalías sobre un área de tres millones de kilómetros cuadrados.

Como si todo el Mar Argentino perteneciera a esa provincia insular perdida en el confín de la patria.

Como si el resto de las provincias no existiera.

Y como si el conflicto de Malvinas tampoco existiera.

La clave de bóveda de ese plan de entrega del petróleo, es justamente la cuestión ambiental, de la que se esmeraban de rezongar tanto Timerman y Rios.

El cobro simbólico de regalías por parte de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida, e Islas del Atlántico, de un minúsculo 3 % (muy lejos de la apropiación de la renta petrolera por parte del Reino Unido, que llegará al 50 %) le permitirá a este presentar la cuestión no como un pago de regalías con la que ha resignado soberanía, sino como una compensación por un servicio ambiental a prestarse desde las costas del territorio argentino.

La oferta implícita que obra en el párrafo del canciller Timerman previamente citado, en el contexto de las medidas comentadas, es clara.

A cambio de que el Reino Unido se avenga a sentarse de vez en cuando en una mesa para charlar sobre la soberanía de Malvinas, se puede llevar todo el petróleo que quiera, dejando a cambio el pago de unas simbólicas monedas.

Imputables por nuestra parte como regalías petroleras, y por la contraparte como servicios ambientales.

De esta manera el Reino Unido soluciona olímpicamente el impedimento de la resolución 31/49 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que exhorta a las partes a no tomar medidas unilaterales en la explotación de los recursos en el área en disputa.

Un contubernio de esta naturaleza ni siquiera requeriría la intervención del Congreso, ya que en la práctica este y el Poder Ejecutivo han delegado sus atribuciones a la Legislatura y la Gobernación de una provincia de solo 130 mil habitantes, de menor dimensión que la más modesta comuna de la ciudad de Buenos Aires.

Lejos de este plan de entrega del petróleo, la lectura de la catástrofe protagonizada por BP en el Golfo de México, debería haber llevado a nuestro país a fijar un curso de acción totalmente distinto.

El Atlántico Sur y la Antártida es un ecosistema frágil, que debe ser preservado de contaminación a toda costa. Conforme los principios de prevención (riesgo cierto, daño dudoso) y de precaución (riesgo dudoso) que rigen en el Derecho Ambiental, avalados por la OEA y la ONU, Argentina, lejos de pretender asociarse muy minoritariamente a los usurpadores y potenciales contaminadores, debería requerir que se declare una moratoria en la exploración y explotación petrolera del área en disputa, hasta tanto se haya dirimido la cuestión de la soberanía sobre la misma.

Sería la única manera de asegurar que dicha actividad pueda desarrollarse con los debidos apoyos desde el continente, conforme los referidos principios del Derecho Ambiental, sin convertirse en una aventura que podría deparar resultados catastróficos.

Política & Petróleo & Negocios

El general Leopoldo Galtieri, encandilado por las señales engañosas provenientes de Estados Unidos y el Reino Unido, ocupó militarmente las islas sin un plan para la defensa de ellas; ya que su plan de ocupación estaba basado en las premisas de la no reacción militar británica, y que la mediación norteamericana permitiría cambiar el petróleo por soberanía.

El plan del actual gobierno es un pobrísimo remedo de esa estrategia, ya que, implorando nuevamente la ayuda diplomática estadounidense, pretende cambiar el petróleo por algunas esporádicas charlas diplomáticas sobre soberanía.

Asunto en el cual los ingleses han demostrados ser unos maestros en ganar, o mejor dicho en perder el tiempo.

Así seguramente el actual gobierno presentará como un notable triunfo diplomático de su gestión, que izará como bandera electoral, el hecho de conseguir que unos displicentes diplomáticos ingleses, se sienten de vez en cuando a charlar entre bostezos respecto la cuestión de la soberanía.

Como sucedió en los años previos a la guerra de 1982, sin ningún resultado concreto.

Pero además, sabiendo la debilidad del gobierno por la Política & Negocios, que le impide formalizar ningún acto administrativo, sin contemplar paralelamente su costado crematístico, que conlleve beneficio para sí, o sus empresarios amigos, es de colegir que en esta ocasión, también existirá esa cara por ahora oculta de la Luna.

En la que no hay mucho que repartir, sino más que muchísimo, al estimarse que las riquezas petroleras de Malvinas podrían ascender a varios billones (millones de millones) de dólares.

De esa manera las comisiones indebidas del Fideicomiso de Venezuela que tanto preocupa hoy a los legisladores de la oposición, pasarían a tener la categoría de monedas.

En tal sentido no es casual que haya sido BP, la petrolera de bandera del Reino Unido (actualmente en apuros por sus aventuras en el Golfo de México) la primera beneficiada con la prorroga de las concesiones petroleras hasta el año 2047, gracias a la ley corta de hidrocarburos sancionada a instancias de Néstor Kirchner.

Quién además fue el que digitó personalmente la prórroga de la concesión que detenta BP en sociedad con Bridas, en el yacimiento Cerro Dragón.

El más importante de Argentina continental, que se extiende en las provincias de Chubut y Santa Cruz.

Esta prórroga despertó serios reparos en la provincia de Santa Cruz.

Y en Chubut deparó la renuncia del ministró que la negoció, Norberto Yahuar, quien pasó a ocupar la subsecretaría de Pesca de la Nación.

Lamentablemente este gobierno y el que le precedió con el mismo apellido, apesta a petróleo.

Por ello los precios de los combustibles internos no dejan últimamente de subir, a partir de que empresarios “compinches” del gobierno, la familia Eskenazi, se hizo del control de YPF.

Subas que se acentuaron desde que Cristóbal López, otro empresario “compinche” del gobierno, tomara recientemente el control de la destilería de Petrobras en San Lorenzo, y de 250 estaciones de servicios de esta.

Por esa razón también el affaire del Fideicomiso de Venezuela, esta directamente relacionado con importaciones de fuel oil de mala calidad.

Que no eran necesarias, al exportar Argentina simultáneamente una similar cantidad de calidad superior.

Pero que sin embargo permitió organizar un tráfico de influencias en torno de los fondos con que se pagó el fuel oil, que debían revertirse en compra de productos argentinos.

El petróleo, que actualmente en el mundo es la “divisa de divisas”, es aun mas poderoso caballero que Don Dinero.

La inacción suicida o cómplice ante el conflicto

En este marco de situación, no es desatinado colegir que la reciente renuncia del canciller Jorge Taiana, precisamente en vísperas de la reunión en el Comité de Descolonización, no habría tenido relación con el Fideicomiso de Venezuela, como enfatiza la prensa opositora, sino con la renuencia por parte de dicho canciller de rancia prosapia peronista, a proseguir con este curso de acción para la entrega del petróleo, basado en el Fideicomiso Austral.

Que frente una perspectiva electoral, encontraba una oportunidad propicia para su planteo ante el Comité de Descolonización, por la paralela catástrofe ambiental acaecida en el Golfo de México.

Por esa razón Taiana habría manifestado al renunciar, que tenía serias discrepancias con la orientación de la política exterior.

Lo que fue retrucado de inmediato por el canciller designado Timerman, quien adoptando una postura ultraverticalista (impropia de un ministro que debe refrendar con su firma las decisiones en su cartera) manifestó que la política exterior la fija exclusivamente la presidenta… aunque ella sea favorable al Reino Unido.

Este curso de acción solapado en connivencia con el Reino Unido, explica la inacción y ausencia de innovaciones por parte del actual gobierno respecto el conflicto.

Timerman hizo resonantes declaraciones ante un opaco Comité de Descolonización, pero nada dijo de llevar el asunto a la Asamblea General de la ONU. Para poder concretar esto, Argentina debería ya estar trabajando, para rearticular los apoyos diplomáticos que históricamente cosechó a su favor, sumándole ahora la cuestión ecologista; pero teniendo en cuenta que los votos en la Asamblea se consiguen de a uno.

Tampoco habla de hacer acuerdos con Brasil, Uruguay y Chile, para impedir la asistencia logística, tanto a la actividad petrolera como pesquera que se desarrolla en Malvinas.

Y menos aún esta pensando en trabar la venta de los yacimientos en manos de Pan American en Argentina, propiedad de la británica BP, de los que esta tendría que desprenderse para hacer frente a la catástrofe ambiental que protagonizo en el Golfo de México, para impedir que los transfiera a compañías de otros países no involucrados en el conflicto.

Y mantener así a favor de Argentina otra prenda de negociación en el conflicto.

Pero fue frente al incidente de los super aviones de guerra con asiento en Malvinas, que amenazan al territorio argentino, y solicitaron cruzar el mismo rumbo a Punta Arenas, donde el gobierno defeccionó absolutamente, demostrando una total falta de imaginación, lindante con la complicidad.

Cualquier país serio del mundo les habría negado el permiso a cruzar el territorio.

Y los habría autorizado en todo caso a aterrizar en un aeropuerto propio, y luego demorado burocráticamente su partida, hasta que se cumplieran los requisitos administrativos de rigor.

Habría mostrado así ante los ojos del mundo, las debilidades de esa amenaza carente de sustento territorial y moral, y la disposición pacífica por parte de Argentina ante el conflicto.

Y a la par habría impedido que quedara consentido y establecido que Punta Arenas es el aeropuerto alternativo al de Malvinas.

Cuestión que es de suma importancia, dado que los vuelos de larga distancia no se pueden despachar si no existen aeropuertos alternativos en las cercanías del destino.

Con la explotación petrolífera los vuelos transcontinentales seguramente se multiplicarán, por lo que este incidente también parece ser parte del plan.

En los informes
Ulises VII (octubre 2008) , Ulises XIII (noviembre 2009) y en “Malvinas - Otra estrategia es posible” (Marzo 2010) alertábamos sobre esta inacción, sobre estos peligros, y manifestábamos nuestras prevenciones, que lamentablemente ahora se están cumpliendo con creces.

Adjuntamos los capítulos actualizados del último de los informes citados, que se refieren a este inadmisible plan de entrega desarrollado en connivencia con la diplomacia británica.

Respecto el cual como siempre, nuestro Congreso está en babia, dado que su agenda no la fijan los representantes del pueblo, sino los medios.

En vez de enfocarse en el actual Fideicomiso Austral, que implica la explotación de una riqueza en disputa por billones de dólares, ahora está enfocado en el Fideicomiso de Venezuela, que no llega a mil millones de dólares.

Creando para ello una subcomisión en la comisión de Relaciones Exteriores, que tendrá por objetivo averiguar si se han pagado comisiones indebidas en las ventas a Venezuela.

Un verdadero trabalenguas, por parte de un Congreso que en el agudo conflicto con el campo por la resolución 125, creo por ley una comisión para investigar a las aceiteras y exportadoras de granos que se llevaron puestas las enormes retenciones creadas por esa disparatada resolución, que sublevaron al campo, y hasta la fecha ni siquiera se ha integrado.

La fábula de “Los dos conejos” del español Tomás de Iriarte, que discutían sobre si los perros que los perseguían eran galgos o podencos, y en consecuencia fueron devorados por estos, que finaliza diciendo, “los que por cuestiones de poco momento dejan lo que importa, llévense este ejemplo” parece de plena aplicación para quienes hoy nos representan.

Mario Cafiero y Javier Llorens

Junio 2010La confluencia de las acciones del gobierno con el avance inglés
La provincialización del petróleo

“Con Kirchner es posible conversar, pero en privado”, declaró también Carlos Bulgheroni, dueño de Bridas y socio de BP.

Y este es el gran problema del los negocios, especialmente el petrolero.

Donde lo que se dice en privado, no se puede repetir en público.

En tal sentido Néstor Kirchner es un hombre muy apreciado entre los duros barones integrantes del Club del Petróleo, que saben mucho de golpes mediáticos, militares, y revoluciones.

En la reforma constitucional de 1994, fue uno de los autores del ambiguo artículo 124 que dispuso la provincialización del subsuelo, al reconocerles a las provincias el "dominio originario de los recursos naturales" en el territorio de ellas.

Y luego como presidente la hizo operativa en relación al petróleo, con la sanción a fines del 2006 de la “ley corta” de hidrocarburos, cuyo proyecto lleva la firma de Kirchner y Lavagna, y le permitió seguidamente a Pan American renegociar a su gusto la concesión de Cerro Dragón.

En esa ley la bancada oficialista apoyada por las provincias petroleras, forzó la interpretación de que el “dominio originario” implicaba también la “jurisdicción” sobre esos recursos.

Y en consecuencia fueron traspasados a las provincias, incluyendo los yacimientos of shore hasta una distancia de 12 millas desde la costa.

Al respecto el diputado Claudio Lozano expresó:

"Parece mentira que en nombre de un supuesto federalismo estemos a punto de dar sanción a una demanda histórica de las petroleras de nuestro país... es cierto que la Constitución de 1994 plantea una situación de vacío jurídico, pero también es verdad que este es el peor modo de llenarlo...

No coincido con lo que aquí se ha dicho acerca de que esta iniciativa respeta en modo absoluto el artículo 124 de la Constitución Nacional.”

Con esta desnacionalización y provincialización del petróleo se revirtió la política inaugurada por el general Mosconi un siglo atrás, dejando nuevamente a las provincias solas frente a las colosales petroleras mundiales.

En una relación de pigmeo famélico, generalmente desperado por la imposibilidad de pagar la nómina de empleados públicos a fin de mes, contra un coloso multinacional ahíto de poder financiero, que generalmente tiene además detrás a una superpotencia que lo apoya.

Como un epitafio a todo proyecto de llegar a ser un Estado – Nación, en una cuestión de tanta sensibilidad, belicosidad y estrechamente relacionada con la seguridad energética y nacional como son los abastecimientos petroleros, las Provincias Unidas del Río de La Plata, pasó a ser los Emiratos Petroleros Unidos.

Y se mutó así la crónica corrupción estatal nacional, por la crónica corrupción y estado de necesidad de las provincias.

Donde apalancado por las petroleras, siempre aparece algún gobernante que como un jeque árabe borracho, está dispuesto a regalar el petróleo a cambio de un plato de lentejas, ante la imposibilidad de explotarlo por su cuenta.

Tal como sucede en las provincias mineras que en su subsuelo detentan metales nobles y preciosos.

Como se verá a continuación, este comentario respecto la desnacionalización del petróleo y su provincialización, no se trata de una digresión.

Por inusitado que parezca, una parecida política de provincialización se adoptó en relación con el conflicto de Malvinas; resultando además la provincialización del petróleo concomitante con ella.

La provincialización de la disputa por Malvinas

A fines de 2008, junto con el comienzo del nuevo avance inglés por el petróleo, se produjo un inesperado acercamiento entre el gobierno nacional y la gobernadora de la isla de Tierra del Fuego, Antártida, e Islas del Atlántico Sur, Fabiana Ríos.

Pese a que esta pertenecía al ARI, el partido liderado por Lilita Carrió furibundo opositor del gobierno. Como mandataria de una provincia en quiebra, Ríos andaba famélica en busca de fondos.

Seguidamente el acercamiento se hizo extensivo a los representantes de Tierra del Fuego en el Congreso, quienes comenzaron a apoyar acríticamente las iniciativas oficialistas.

Y así a mediados del 2009, estos presentaron un proyecto para fijar los límites de dicha provincia. Esta había sido creada a principios de 1990, paralelamente con los Acuerdos de Madrid y el restablecimiento de relaciones con el RU, mediante una ley en la que también se fijaban los límites de ella.

Sin embargo esta delimitación fue vetada parcialmente por el presidente Menem y el canciller Cavallo, aduciendo que la delimitación “requería mayores precisiones para adecuarlo al orden jurídico vigente”.

Y que “los límites fijados podrían generar, involuntariamente, interpretaciones de terceros Estados que no responden a las posiciones sostenidas en la materia por nuestro país”.

Razón por la que el Poder Ejecutivo enviaría en la brevedad al Congreso de la Nación, un texto sustitutivo.

Pasaron casi 20 años, y el texto sustituto por parte del Poder Ejecutivo no apareció nunca, posiblemente por el alto voltaje político que esos limites tienen, relacionados directamente con la disputa de Malvinas.

El sustituto provino de los representantes de Tierra del Fuego, con la activa participación y asesoramiento de la cancillería y el vicecanciller Victorio María José Taccetti, quien pese haber hecho una meteórica carrera diplomática en la década de las relaciones carnales de los ’90, sigue hoy en los primeros rangos del ministerio de Relaciones Exteriores. Su texto es el siguiente:

"La Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur comprende: la parte oriental de la Isla Grande de Tierra del Fuego hasta el límite con la República de Chile, la Isla de los Estados, las Islas Año Nuevo, las Islas Malvinas, las Rocas Cormorán y Negra, las Islas Georgias del Sur, las Islas Sandwich del Sur, otras islas, islotes y rocas situados en aguas interiores y en el mar territorial generado a partir de dichos territorios de conformidad con lo previsto en la Ley 23.968, incluidas las islas, islotes y rocas situados al Sur de la Isla Grande de Tierra del Fuego hasta el límite con la República de Chile; los territorios situados en la Antártida Argentina comprendida entre los meridianos 25º Oeste y 74º Oeste y el paralelo 60º Sur, y las islas, islotes y rocas situados entre los territorios que comprende la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur; y los espacios marítimos y aéreos que por derecho le corresponden".

De entrada llama la atención la redundancia del texto, donde las Malvinas e islas anexas parecen estar contempladas dos veces, al incluirlas detalladamente en el primer párrafo, y al incluirlas genéricamente en el último.

En el primero se les asigna jurisdicción sobre el mar territorial de esas islas, o sea las 12 millas a partir de la costa.

Pero en el segundo la descripción es mucho mas amplia, al referirse a “los espacios marítimos y aéreos que por derecho le corresponden”, sin aclarar muy bien de que derecho se trata.

Ya se vio en relación a la provincialización del petróleo, la forzada interpretación que se hizo del artículo 124 de la Constitución, y de cómo se puede escribir aparentemente derecho para que resulte torcido.

Pero lo que mas llama la atención, es el TAMAÑO DE PROVINCIA que resulta de la abandonada y remota isla de Tierra del Fuego, ya que sus confines están en el Polo Sur, y en el medio del Atlántico Austral, a mitad de camino hacia Sudáfrica. En el Informe ULISES XIII:

“Los peligros de la ley la delimitacion de la megaprovincia de Tierra del fuego, Antartida e Islas del Atlantico Sur”, publicado en agosto del 2009, antes del tratamiento por parte de las cámaras del Congreso de dicha ley, se planteaba que la misma era un ERROR HISTORICO:

“El día 14/09/09 el diario Ámbito Financiero titula en su pág. 23: “Histórico: Diputados apura fijar límite de Tierra del Fuego” y en la nota señala que el proyecto, cuenta “con contundentes notas de aval de la Cancillería y del embajador Tacchetti”.

Coincidimos que es realmente un hecho histórico ya que desde los albores de la humanidad hasta nuestros días jamás ha existido en el planeta una provincia o entidad territorial de este tipo, o siquiera análoga.

Ni en el derecho comparado, ni en la geografía, ni en la historia se registra una configuración jurídico territorial tan peculiar.

Estaríamos fijando los límites de algo tan singular y único que prima facie parece sorprender a la sensatez y el sentido común. Los hechos históricos generalmente son escasos y excepcionales, en cambio los errores históricos no son escasos en estas latitudes.

Seguidamente advertía que “fijar los límites de un territorio provincial no es un mero trámite cuando este presenta las siguientes características singulares”:

A .Una inmensa superficie de aproximadamente 1.200.000 km2 incluyendo aguas territoriales (60 veces la superficie de la provincia de Tucumán que es de 22.000 km2 y cuatro veces mas grande que la provincia de Buenos Aires, la mayor de la argentina, que es de 307.000 Km2).

B. Un litoral marítimo de varios miles de kilómetros, que por lo menos triplica en longitud a las costas de la argentina territorial.

C. Una enorme dispersión entre los diversos segmentos continentales insulares y archipielágicos de una provincia que se extendería desde el Polo Sur hasta el estrecho de Magallanes

D. Población escasa y heterogénea: argentinos, británicos, científicos y trabajadores de más de 30 nacionalidades.

E. Estatus jurídicos diversos: 2% territorio argentino indisputado. 98% territorios litigiosos o controvertidos (reclamos superpuestos con Chile e Inglaterra) y con una comunidad internacional renuente a reconocer soberanía estatal en la Antártida.

F. La cohabitación de autoridades nacionales y provinciales, ya que existen numerosas bases científicas en la Antártida operadas por el Estado nacional bajo responsabilidad de la Cancillería.

G. Existen además en la península antártica estaciones y bases científicas permanentes y transitorias de más de 20 países funcionando de conformidad con el Sistema del Tratado Antártico.

A continuación alertaba respecto la complejidad adicional por los alcances del antes mencionado artículo 124 de la Constitución reformada en 1994.

Que además de posibilitar la provincialización del petroleo, al otorgar a las provincias “el dominio originario de los recursos naturales existentes en su territorio”, autorizó a estas a “celebrar convenios internacionales en tanto no sean incompatibles con la política exterior de la Nación”.

Apuntaba al respecto:

“En 1994 se incorpora a la CN un artículo, el 124, que en teoría venía a reivindicar el espíritu federal, pero que en la práctica solo ha servido para desguarnecer los recursos naturales y posibilitar su explotación en general a manos de empresas transnacionales como el caso de la minería.

La lectura, análisis, evaluación e interpretación del art 124 de la CN es un ingrediente esencial del debate que postulamos, con miras a producir un consenso genuino sobre una cuestión que interesa a todos los habitantes del país.

¿Es compatible el federalismo que parte de una noción de equidad e igualdad entre sus componentes naturales o sea las provincias con la existencia de una megaprovincia de 1.200.000 km2 cuando por ejemplo Tucumán tiene solo 22.000 km2?

Los recursos naturales están distribuidos aleatoriamente, en especial en zonas donde el dominio originario puede coincidir con el dominio útil o derivado.

Esa distribución aleatoria no parece compatible con un federalismo real ni con el recupero o defensa de los mismos frente a terceros Estados o a interesados privados”

Seguidamente denunciaba que detrás de esa inusitada fijación de límites, estaba la diplomacia del RU y la cuestión de Malvinas, insinuando que se trataría de un “blesing in disguise” (una bendición disfrazada) para la diplomacia británica

“Según fuentes oficiosas y confidenciales el avance en la provincialización de zonas litigiosas es valorado como un paso muy positivo para lo consolidación de los intereses británicos en el área.

Se trataría de un “blesing in disguise” para la diplomacia británica que por otra parte niega toda participación en un proyecto surgido espontáneamente de fuentes argentinas.

En anteriores Ulises hemos descripto el retroceso de la posición argentina en los últimos años. Frente a este avance no parece adecuado descentralizar decisiones políticas, ni mucho menos transferir recursos económicos, ni a la más nueva de nuestras provincias la más añeja de nuestras controversias.”

“La incorporación del art 124 de la CN cambia radicalmente las condiciones y el enfoque con que debe considerarse la definición de los límites de la provincia de Tierra del Fuego.

Es muy grande el potencial de futuras polémicas y daños derivados si el texto no fuera lo suficientemente preciso en la delimitación de competencias. Cabe preguntarse si este proyecto que tanto complace a la Cancilleria es beneficioso para el interés nacional o debilita nuestra posición y los legítimos derechos e intereses de toda la sociedad argentina.

Y si se trata de un elemento congregante o disgregante. La pregunta no es ni banal ni abstracta.

Hay estrategias sutiles que disfrazan de inocuo o histórico algo que si no se toman todos los recaudos del caso puede ser extremadamente dañino.

Terminaba reclamando que la Cancillería argentina explicara las razones que aconsejan el dictado de esa ley, y si ella podía contener riesgos futuros, en especial con referencia a:

“La disposición transitoria de la CN y nuestra integridad territorial. Nuestra reivindicación antártica.

El derecho de todos los argentinos a conservación del medio ambiente y la puesta en valor de sus recursos naturales.

Creemos que la respuesta a estos interrogantes requieren una análisis serio, profundo y objetivo de las modalidades y características de la legislación propuesta.

Dicho análisis debe ser amplio y transparente y abarcar a la totalidad de la población argentina y a todas las provincias, ya que están en juego enormes recursos naturales, renovables y no renovables, patrimonio de todos los argentinos.

El debate debe ser naturalmente previo a la sanción de la ley y debe contemplar todos los aspectos jurídico internos y jurídico internacionales, estratégicos, ecológicos y económicos de la cuestión”.

Pese a ese requerimiento de transparencia, el Congreso Nacional, a la par de que se anunciaba en Londres la incursión de la plataforma Ocean Guardian, aprobó velozmente y sin ninguna discusión ese proyecto de ley.

La Cámara de Diputados lo aprobó en septiembre del 2009, sin debate y a libro cerrado.

Y la Cámara de Senadores lo hizo a fines de noviembre en una sesión sobre tablas, en base a un superficial informe que hizo el senador José Carlos Martínez como único orador.

Quién sin embargo destacó que estaba presente en el recinto la gobernadora Fabiana Rios, como si de resultas de esa ley pudieran derivarse pingues resultados para esa empobrecida provincia.
El Fideicomiso Austral

Seguidamente, en una pomposa ceremonia celebrada en Usuhia el 15 de marzo pasado, con la presencia de la presidenta de la Nación Fernández de Kirchner, el ministro de Planificación Julio De Vido y la gobernadora de Tierra del Fuego, Antártida, e Islas del Atlántico Sur Fabiana Rios, firmaron un “Acuerdo para Promover la Inversión y el Desarrollo de la Provincia de Tierra del Fuego”.

El acuerdo tiene como objeto poner “fin a las controversias” sobre el dominio de los recursos hidrocarburíferos de la plataforma continental adyacente a la isla grande de Tierra del Fuego.

Pero detrás de este supuesto objetivo se comprometen vastísimas áreas y recursos de la plataforma marítima en jurisdicción del Estado Nacional, en su mayor parte en disputa por la soberanía territorial con el Reino Unido.

En el artículo 2 del Acuerdo se incorpora expresamente -sin que queden lugar a dudas- que el territorio de aplicación del acuerdo comprende la Cuenca Malvinas y todas las superficies que la polémica ley 26.552 le asigna a la extensísima provincia de Tierra del Fuego (Malvinas, Georgias, Sandwich, Antártida, etc).

En el art. 5 del acuerdo se establecen una serie de proyectos de obras de infraestructura sanitaria, vial, energética y portuaria, que serán financiados por un Fideicomiso Austral a ser creado por la Provincia; que se integrará con aportes de la Provincia y del Estado Nacional, durante un plazo que se fija por 10 años.

La Provincia aportará al Fideicomiso el 50 % de las regalías petroleras de las aéreas que se encuentran actualmente en explotación y que en un futuro concesione bajo su manejo.

El Estado Nacional aporta treinta y cinco millones de dólares al contado, y el 50% de las regalías correspondientes a las aéreas costa afuera adyacentes a la Isla de Tierra del Fuego y “de las que se concesionen en el futuro” (4.2).

Agregándose de una manera tajante en el siguiente acápite (4.3) que ello “incluye expresamente a los territorios de la Cuenca Malvinas y otros que se hallen en disputa de soberanía…”

Resulta a priori muy extraño que la manera de resolver una controversia por regalías en un área de menos de 50.000 km2 (el area offshore adyacente a T del Fuego) sea incorporar al ruedo las regalías de una enorme superficie de millones de km2 del Estado Nacional.

La que además están buena parte de ellas en disputa por la soberanía; que tiene como antecedente una breve pero cruel guerra librada treinta años atrás; y en la que ahora esta asentada la base mas poderosa del Reino Unido y la OTAN en el Hemisferio Sur.

Hay algo esencialmente grotesco en esa previsión, equiparable a autorizar la instalación de un kiosco para la venta de bebidas y golosinas, en medio de un campo de batalla en una guerra de trincheras.

De acuerdo a información pública de la Secretaria de Energía, los montos de las regalías, tanto por petróleo como gas, del área en controversia (Cuenca Austral Off Shore) para el año 2009 fueron los que figuran en el siguiente cuadro.

Los importantes montos que se pueden apreciar en el mismo, distan de requerir sumar como compensación, aéreas hidrocarburíferas inmersas en una disputa internacional; de resultado impredecible; y de la enorme extensión como las que cedió el ministro De Vido.

Producción Cuenca Marina Austral

Regalías percibidas por Estado Nacional

Petróleo

24.393.557 u$s
5.350.922 u$s

Gas Natural

104.676.175 u$s
55.117.702 u$s

TOTAL

129.069.732 u$s
60.468.624 u$s

Sin embargo, a los efectos de una supuesta “reafirmación de la soberanía argentina en el archipiélago”, la subsecretaria de Relaciones Internacionales Carolina Lavori, destacó simultáneamente que la incorporación de las áreas hidrocarburíferas pertenecientes a la Cuenca Malvinas en el Fideicomiso Austral, representaba “un reconocimiento expreso a los efectos de la Ley Nacional 26.552” referida a los límites de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. Y agregó:

“El acuerdo estipula en su articulado que el Territorio de Aplicación incluye a los espacios marítimos y terrestres irredentos que se encuentran en disputa que corresponden a la soberanía de la nación y que son parte de la Provincia de Tierra del Fuego”, con lo cual se trata “de una categórica reafirmación de nuestros derechos soberanos sobre el archipiélago y por ende la propiedad de los recursos naturales de la zona”.

El eje del plan de entrega del gobierno: la diada insular

En concreto, el gobierno como si operara en tándem con la diplomacia británica, con la conjugación de la provincialización del petróleo; la delimitación de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur; las potestades de celebrar convenios internacionales que se le acuerdan a las provincias; y la cesión del cobro de regalías a favor de dicha provincia, en vez de regionalizar o sudamericanizar el conflicto, lo ha reducido a una mínima expresión.

Lo ha provincializado e insularizado, poniéndolo a cargo de la provincia encabezada por la Isla de Tierra del Fuego.

De esta manera, transformándolo en un conflicto entre dos islas, lo ha equilibrado… a favor de Inglaterra, al contraponer no los 40 millones de habitantes de Argentina, contra 1.800 kelpers; sino los menos de 130.000 habitantes de Tierra del Fuego, contra 1.800 isleños.

Bajo este enfoque, la disputa de Malvinas no se trataría de un conflicto internacional, sino intradepartamental, entre la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida, e Islas del Sur, y su dependencia, departamento, o municipio Malvinas.

En consecuencia la “triada” menemista producto de las relaciones carnales previamente analizada, muto en la “diada” kirchnerista, que se puede visualizar en la imagen adjunta.

Producto de la suma de la continuidad de las “relaciones carnales”, encarnada en la cancillería argentina; mas las “relaciones provinciales” llevadas a cabo por parte de caciques de provincias, prestos para hacer cualquier negocio o negociado, sin importarles un bledo una visión integral como Estado – Nación, y los desafíos que este afronta para convivir en un mundo cada vez mas complejo y necesitado de recursos naturales.

En vez de “estadistas” que gobiernan estados, se trata de “provincianos”, con toda la carga peyorativa que el término conlleva.

Al aplicarse a personas toscas, que “tienen mentalidad cerrada e ideas desactualizados y poco desarrolladas”.

Y además fuertemente sospechados de corrupción, siendo esta la forma más elemental del “vende patria”, dado que todo acto de corrupción supone una venta de al menos parte de ella al mejor postor.

Calificativo que a la luz de los extremos que estamos viendo, debería ser reemplazado por el de “regala patria”.

En término diada expresa una relación de dos.

En psicología la relación entre madre y niño; y esta parece ser la relación que hemos establecido desde un tiempo a esta parte, con el RU y la Reina Madre de Inglaterra.

En medicina es la existencia de dos cánceres distintos en un mismo cuerpo, que es generalmente fatal.

En este caso los cánceres fatales son tres: la provincialización del petróleo, la provincialización del conflicto de Malvinas, y la cesión de las regalías petrolíferas por parte de la Nación, a favor de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.

A principios de año, como si estuviera a la espera de la plataforma inglesa Ocean Guardian, la gobernadora Rios se ufanaba públicamente de que la provincia cobraría regalías petroleras de Malvinas.

Y así, como un último peldaño de nuestra degradación como Nación o República, ahora no será nuestro canciller quién negocie nuestro ascentral conflicto con el RU, con el control del Congreso.

Sino que será seguramente un secretario de Hacienda de la gobernadora Fabiana Rios quién -bajo el amparo de ese Fideicomiso y del artículo 124 de la Constitución- saldrá a negociar con los isleños, las petroleras británicas, y el RU, unos acuerdos petroleros aun mas deplorables y denigrantes de los que firmó el canciller Di Tella en 1995, inspirado entonces en la política de las “relaciones carnales”.

Es penoso el periplo seguido por la gobernadora Rios, que resultó elegida por un reclamo de transparencia, frente la corrupta administración que la precedió.

La misma que hoy la denuncia por estar renegociando en forma muy poco transparente los contratos petroleros, al estilo K.

Famélica de fondos ante la quiebra en que se encontraba su provincia, finalmente se convirtió en una pingüina empetrolada, que aspira a una auténtica solución K para zafar de sus crónicos déficits presupuestarios provinciales.

Los K para salir de la crisis en que se encontraba Santa Cruz en 1991, reventaron a YPF.

Y ahora Ríos se ha hecho cómplice para reventar la cuestión Malvinas con el mismo objetivo.
La estrategia británica siempre estuvo clara para el que la quería ver.

Vienen por el petróleo y se armaron militarmente para ello.

Pero saben que no pueden llevarse el 100 % del botín, porque el mundo empezó a mirar lo que está pasando en el Atlántico Sur.

Son 5.000.000 de km2 en disputa, con recursos incalculables.

Tienen que mostrar un “acuerdo” aunque sea simbólico con Argentina, que en vez de llevarse el 100 %, les permita llevarse el 97 % o el 94 %.

Por ello, con la complicidad del gobierno nacional, la cancillería argentina, y las autoridades de Tierra del Fuego, están preparando una limosna que para no enervar las pretensiones de soberanía del reino Unido, seguramente vendrá disfrazada como una reparación ambiental, para mantener incontaminadas a las Malvinas de la explotación petrolera.

Por eso simultáneamente se habla de la instalación en Tierra del Fuego de una destilería, existiendo desde hace de diez años, un proyecto de la SHELL británica holandesa en tal sentido.

Tierra del Fuego, con las exenciones fiscales y aduaneras con que cuenta, se convertirá así en un santuario petrolero, que a cambio de recibir un enorme pasivo ambiental, recibirá también unas propinas como supuestas y equívocas regalías del petróleo de Malvinas.

Las que serán destinadas a pagar la nómina salarial de una atribulada burocracia, para construir algunas viviendas para personas carenciadas, o para una u otra escuela.

Quedándose seguramente buena parte de ella en el camino, por la corrupción que impera en la obra pública.

Gracias a la explotación del petróleo del Mar del Norte, Noruega, Holanda, y Dinamarca, de países relativamente atrasados que eran, pasaron a ser los países más avanzados e igualitarios del planeta.

Y ello es porque la “tax” o imposición que aplican sobre el petróleo crudo, no es del 3, ni del 6, ni del 12 %, sino que supera el 50 %.

De esa manera no solo han elevado a la cima del mundo el bienestar de la actual generación, sino que además ahorran para el bienestar de las generaciones futuras, para cuando ya el petróleo no exista más en el Mar del Norte.

De eso se trata la cuestión de la soberanía en Malvinas, que no tiene nada de simbólica ni de declarativa.

Se trata del bienestar de las generaciones de argentinos, actuales y futuras.

Ante el enorme desafío que esto implica, la pequeñez y el enanismo intelectual y moral de nuestros actuales gobernantes “provincianos”, atados a los problemas de caja del día a día, o al poder que momentáneamente otorga la caja, es antológica.

El delito de alta traición se configura cuando un funcionario se “une al enemigo o le presta ayuda o socorro”.

Hoy técnicamente el RU no es “enemigo”. Pero igualmente linda con la alta traición el prestarle ayuda para que se apropie hoy de lo que fue en realidad, el motivo por el cual el enemigo de entonces urdió la guerra de 1982, como se verá a continuación.

Envio: Centro Cultural Alejandro Olmos

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