viernes, 18 de junio de 2010

LA BATALLA FINAL DEL 14 DE JUNIO

Breve reseña. Fin del conflicto.

Aunque se decreta el cese de fuego, todavía se siguen produciendo focos de resistencia.

La batalla por Puerto Argentino deja a mas de 360 británicos sin vida.

Entre los Generales Jeremy Moore y Mario Benjamín Menéndez (a las 23:59 horas del 14 de junio), respectivamente comandante de las fuerzas británicas y Gobernador militar de las Islas Malvinas, queda parlamentado el alto al fuego y el retiro de tropas.

En Buenos Aires, se realiza una manifestación en rechazo al cese de fuego, en la que se produjeron desmanes y actúo la policía.

Aqui no existe la palabra "rendición", si cese de fuego, y retiro de tropas, la guerra por las Islas Malvinas todavía no ha finalizado.

Las cifras finales del conflicto arrojan la pérdida de mas de 1.070 británicos y 649 argentinos.

De los 40 buques de guerra de la "Real Armada Británica", solo 3 buques regresan a Portsmouth en óptimas condiciones.

No es hasta 1989, en donde Menem firma un Tratado inconstitucional, ya que "hace la paz" con Gran Bretaña sin consultar al Congreso, y es allí donde Argentina se rinde, y en donde Gran Bretaña obtiene grandes beneficios, e inunda de pobreza al pueblo argentino.

Los combates finales:

Mensaje del Comandante del Puesto de Comando de la defensa a Puerto Argentino:

"¡Señor saque a todas las ratas de la ciudad y mándelas para el frente, los ingleses no aguantarán mucho más!"...

14 de junio:

En las primeras horas de la madrugada, lanza un segundo ataque violentísimo sobre Tumbledown S.O el que es rechazado parcialmente.

El BIM5 ejecuta todos los fuegos de apoyo disponibles aún sobre su propia fracción adelantada.

03:00 horas: Mientras nieva intensamente, existe incertidumbre sobre la situación en las estribaciones Oeste de Tumbledown, decidiendo el Comandante del BIM5 contraatacar con la 1ra Sección de la Compañía de Ingenieros Anfibios (TCIM MIÑO y TCIM DEMARCO) y una Sección de Tiradores de B/RI6 (Subteniente LA MADRID).

Dicha acción logra detener al enemigo y se estabiliza la línea a la altura del observatorio del Batallón.

Las fuerzas propias en Wireless Ridge fueron rechazadas.

La retaguardia del BIM5 compuesta por los Servicios, la Sección Morteros 106,6, la Sección Amet. 12,7 y las fracciones propias combaten por el fuego y se mantiene el hostigamiento de éstos sobre el sector propio.

Durante el fuego de contrabaterías muere en combate en la pieza Nro 3 el Dragoneante Clase 1962 Oscar MANSILLA.

04:00 horas: El Comandante del BIM5 dispuso que la Ca MAR/BIM5 se aliste para contraatacar Tumbledown y se requirió al Escalón Superior, empeñar alguna Unidad de las ubicadas en retaguardia para la recuperación de las alturas al Norte y evitar el desbordamiento por el flanco de las posiciones del BIM5.

07:00 horas: Se produce el tercer ataque británico.

El enemigo ocupa la zona elevada del monte Tumbledown y ataca por retaguardia a la 4ta Sección de la Ca Nacar/BIM5 la que es prácticamente aniquilada; sus sobrevivientes se rinden por orden de su Jefe el TCIM Carlos VAZQUEZ ya que habían consumido totalmente sus municiones y se encontraban imposibilitados de controlar el combate.

Mueren heroicamente en ese sector el siguiente personal de Infantería de Marina:

Suboficial Segundo Julio Saturnino CASTILLO, Conscriptos Clase 1962 Héctor Abel CERLES, Juan Carlos GONZÁLEZ, José Luis GALARZA, Juan Carlos DÁVALOS, Félix Ernesto AGUIRRE y Diego FERREYRA; el Subteniente SILVA y un grupo de soldados conscriptos del RI4 de nuestro Ejército Argentino que se quedaron voluntariamente a defender la altura junto con sus camaradas Infantes de Marina.

08:00 horas: Ceden las posiciones propias en Tumbledown.

Se prevé neutralizar y destruir con el fuego de artillería al enemigo en esa posición para el contraataque de la Compañía Mar/BIM5 que se estaba montando.

Se informa al Cdo Superior que aún se esperaba la acción sobre el flanco Norte, por tener todavía capacidad para resistir aunque la situación de munición pasa a ser crítica.

09:00 horas: Para evitar la prosecución del combate en posiciones desfavorables y ante una orden del 2do Comandante de la Agrupación Ejército Argentino, el Comandante del BIM5 ordena el repliegue de su Unidad desde el Monte Tumbledown, Monte Williams, Felton y Stream y Casa Amarilla hacia Sapper Hill.

Se ha consumido la totalidad de la munición mayor (Mor 106,6, Mor 81 y Obús 105 mm) y se procede a la destrucción del material pesado y abastecimiento del Batallón previo a ejecutarse el repliegue ordenado.

La Batería Bravo/BIAC se constituye en dos fracciones de tiradores.

En el repliegue mueren en combate el Suboficial Segundo de Infantería de Marina Víctor Hugo JUAREZ del SPAC del BIM5 y el Dragoneante de Infantería de Marina Clase 1962 Ricardo RAMIREZ de la Sec Mor 81.

Mientras se realiza el repliegue de la Compañía de Ingenieros Anfibios hacia la localidad, previa destrucción de su material y sector de alojamiento, ésta se arma como Infantería para reunirse con el BIM5 en Sapper Hill, cae herido de muerte en combate el Conscripto Clase 1962 Vicente Antonio DÍAZ.

09:15 horas: PUERTO ARGENTINO informa que las principales posiciones en Tumbledown, Williams, Longdon y Wireless Ridge se encuentran en poder del enemigo y que se intenta reconstruir el dispositivo defensivo empleando el RI3 y parte del RI25, pero se aprecia de cualquier manera que no se podrá mantener más allá del día de la fecha.

10:00 horas: De hecho se concreta un alto el fuego.

Sin embargo en Sapper Hill el BIM5 se reorganiza para proseguir el combate.

El Comandante de esta Unidad recibe la orden superior de cesar el combate y replegar su Batallón hacia la localidad.

12:00 a 14:00 horas: En momentos de comenzar a cumplir las órdenes recibidas, la retaguardia de combate (la 3ra sección de la Compañía Mar/BIM5) entra en acción rechazando un helidesembarco británico en sus inmediaciones.

En este postrero combate encuentran la muerte los últimos tres Conscriptos de Infantería de Marina Clase 1962 Roberto LEYES, Eleodoro MONZON y Sergio Ariel ROBLEDO.


14:30 horas: Finaliza su repliegue el BIM5, con sus tropas en columna, en poder de sus armas y a paso de marcha.

Así, se dan fin a las acciones bélicas iniciadas por Gran Bretaña en Marzo de 1982.

En un combate desigual, los soldados combatientes argentinos pudieron soportar desde el 1° de mayo los violentos ataques aéreos a sus posiciones y a su vez, enfrentar al enemigo en las trincheras.

Quedaron 649 héroes en nuestras islas, pero miles son los excombatientes que viven entre nosotros, con cientas de historias por contarnos.

No nos olvidemos de Malvinas, pero tampoco de nuestros Veteranos.
No fueron chicos, el clima y la adversidad de las islas, los hizo hombres listos para defender a su Patria.

Pasaron frío en las islas, pero mucho más frío pasan hoy, por la gran indiferencia que la sociedad les está dando.

Necesitan del calor de su pueblo, para que se sientan orgullosos de haber estado allí. Argentino, no te olvides de tus excombatientes, que lucharon por vos, por tus hijos y su futuro.

Pasaron hambre, falencia en toda guerra; pero mucha mas hambre tienen hoy, donde el único alimento que los fortalecerá y curará, es que su pueblo los reconozca como verdaderos Veteranos de Guerra de Malvinas.

Esta es la verdad, quien quiera ver que vea, quien quiera oír que oiga; Las Malvinas son argentinas y no se renunciará a ello, mientras exista un argentino amante de la justicia capaz de defender su bandera.


martes, 15 de junio de 2010

MURIO EX COMBATIENTE DE MALVINAS EN ESTADO DE ABANDONO

Se trata de Gastón Pina, de 47 años, un ferviente militante de la causa.

Vivía solo y en una casa de barrio Rucci que no contaba con ningún tipo de servicios.

El cuerpo fue hallado esta madrugada en avanzado estado de descomposición.

En total estado de abandono murió un ex combatiente de Malvinas rosarino de 47 años.

El cuerpo fue encontrado sin vida esta madrugada por la policía en avanzado estado de descomposición en su departamento Fonavi de barrio Rucci.

Se trata de Gastón Pina, un ferviente militante de la causa de los ex combatientes, quien vivía solo y en una casa que no contaba con ningún tipo de servicios.

Según fuentes policiales, los vecinos alertaron a la seccional de la zona debido al olor nauseabundo que emanaba del departamento y a que hacía tiempo no lo veían por ahí.

Al ingresar los efectivos se encontraron con el cadáver de Pina.

Según indicaron las mismas fuentes, al cuerpo se le realizará la correspondiente autopsia para comprobar las causas del deceso.

Por último, el ex combatiente recibirá un homenaje en la Jefatura de Policía, al conmemorarse este jueves el Día de la Afirmación de los Derechos Argentinos sobre las Malvinas, islas y Sector Antártico.

jueves, 10 de junio de 2010

USURPACION DE LAS ISLAS MALVINAS

Islas Malvinas (Argentina)

Islas Malvinas por Jeff in Argentina.

El 6 de noviembre de 1820 David Jewett, comandante de la “Heroína”, tomó posesión de las Islas Malvinas en nombre del gobierno de las Provincias Unidas de Sudamérica, y puso el hecho en conocimiento público mediante una circular. (1)

Disuelta la unidad nacional, la provincia de Buenos Aires otorgó en 1823 a Jorge Pacheco el usufructo de la isla Soledad o Malvina del Este.

El mismo año designó al capitán de milicias Pablo Areguatí comandante de las islas. (2)

En 1828 concedió a Luis Vernet –que había sido el promotor de estas gestiones y era socio de Pacheco- “todos los terrenos que en la isla de la Soledad resultaren vacos”, con ciertas excepciones y bajo el compromiso de establecer allí una colonia que gozaría del derecho de pesca en todo el archipiélago. (3)

Y el 10 de junio de 1829, por último, el gobierno de Buenos Aires, presidido entonces por Martín Rodríguez, expedía el decreto disponiendo que “las islas Malvinas, serán regidas por un comandante político y militar”, el cual debía residir en la isla de la Soledad y cuidar en esas costas “la ejecución de los reglamentos sobre pesca de anfibios”. (4)

Los fundamentos de este decreto expresaban que España había tenido la posesión material de esas islas, “Hallándose justificada aquella posesión por el derecho de primer ocupante, por el consentimiento de las principales potencias marítimas de Europa, y por la adyacencia de estas islas al continente que formaba el virreinato de Buenos Aires, de cuyo gobierno dependían.

Por esta razón, habiendo entrado el gobierno de la República en la sucesión de todos los derechos que tenía sobre estas provincias la antigua metrópoli, y de que gozaban sus virreyes, ha seguido ejerciendo actos de dominio en dichas islas, sus puertos y costas”.

Entretanto, la empresa dirigida por Luis Vernet, nombrado gobernador el mismo día, había iniciado la colonización de las Malvinas.

Varias expediciones llegaron al archipiélago hasta que Vernet se instaló allí en julio de 1829 y –no sin superar enormes dificultades- logró asentar una población de un centenar de personas. (5)

No hemos de detenernos en recordar el desarrollo y las vicisitudes del establecimiento formado por Vernet con autorización del gobierno argentino.

Nos interesa más especialmente destacar el proceso que condujo a la usurpación inglesa.

Al conocer el decreto del 10 de junio de 1829, el encargado de negocios de Gran Bretaña, Woodbine Parish, lo comunicó a su gobierno recordando los antecedentes del asunto y los títulos que a su juicio tenía Inglaterra.

A los pocos meses, debidamente autorizado, presentó al ministro de Negocios Extranjeros Tomás Guido una nota en la cual sostenía “los derechos de soberanía de S. M. B. sobre las islas.

Estos derechos –continuaba diciendo la nota- fundados en el primer descubrimiento y subsiguiente ocupación de dichas islas, fueron sancionados por la restauración del establecimiento británico por S. M. C. en el año 1771….

El retiro de las fuerzas de S. M. en el año 1774 no puede considerarse como una renuncia a los justos derechos de S. M.”.

La nota concluía protestando formalmente contra las pretensiones argentinas y contra todo acto que perjudicara los “derechos de Soberanía que hasta ahora ha ejercitado la corona de Gran Bretaña”. (6)

Pero lo que esa nota calla cuidadosamente es la ocupación simultánea hasta 1774 y exclusiva de España desde entonces, los tratados de 1670 en adelante, y sobre todo el convenio de 1790 que cerró las costas del Atlántico sud a toda instalación inglesa.

La nota de Parish –elaborada en Londres- vale más por lo que no dice que por su contenido expreso, y debe juzgarse más por esa ocultación deliberada de circunstancias y de razones que por su osadía manifiesta en pretender una soberanía sin título alguno y una posesión carente de efectividad.

Sostener que Inglaterra había ejercido “hasta ahora” esos derechos, después de 55 años de abandono y de silencio, era una adulteración tan manifiesta de la verdad que sólo podía considerarse una burda ironía, apoyada en la fuerza del imperio más poderoso del mundo en aquel entonces.

Pero debe recordarse que pocos años antes de esa protesta, el 2 de febrero de 1825, Inglaterra había firmado con la Argentina el tratado de amistad y comercio mediante el cual reconoció la independencia de la nueva nación y, naturalmente, la existencia de un ámbito territorial propio de ella.

Dentro de ese territorio estaban las Malvinas, de las cuales había tomado posesión en 1820, y ejercido otros actos de soberanía incluyendo el nombramiento y la instalación de autoridades.

La nota de Parish fue contestada de inmediato por el ministro Guido prometiendo estudiar la reclamación. (7)

Pero el gobierno argentino, urgido por otros asuntos, no alcanzó a responder ni Parish insistió en conseguir una respuesta que iba a ser necesariamente negativa, puesto que los hechos señalaban la inequívoca voluntad de mantener la colonia ya fundada por Vernet.

El gobernador de las Malvinas, en efecto, seguía ejerciendo su cargo y haciendo progresar el establecimiento de Puerto Soledad:

Cansado de ver que los balleneros destruían los recursos naturales de las islas, y dispuesto a imponer su autoridad, en agosto de 1831 arrestó a tres buques norteamericanos.

En uno de ellos, el “Harriet”, volvió a Buenos Aires para someterlo al tribunal de presas.

Intervino entonces el cónsul de los Estados Unidos, George W. Slacum, quien desconoció el derecho argentino a reglamentar la pesca en las Malvinas y logró convencer al comandante de la corbeta “Lexington” que debía defender con energía los intereses de los pescadores de su nación.

Ese barco, al mando de Silas Duncan, se dirigió inmediatamente a Puerto Soledad, a donde llegó el 28 de diciembre de 1831 enarbolando bandera francesa.

Sólo después de anclar levantó su propio pabellón, e inmediatamente Duncan se dedicó a destruir cuantos bienes existían en el establecimiento, trayendo presos a los principales pobladores. (8)

Este acto de piratería, sin justificativo alguno y llevado a cabo de la manera más violenta y abusiva, provocó la protesta y las reclamaciones del gobierno argentino.

Los Estados Unidos, sin embargo, no quisieron reconocer su error.

Y aunque esas protestas fueron renovadas en 1841 y en 1884, nunca se dieron las debidas satisfacciones ni la indemnización correspondiente a los daños ocasionados.

No puede dejarse de recordar, con relación a este episodio, que si bien el gobierno norteamericano no quiso admitir los argumentos argentinos, la Corte Federal de Massachusetts resolvió que los actos de Silas Duncan eran ilegítimos.

En un litigio en el cual se había invocado el incidente de la “Lexington”, esa corte resolvió “that such officer had no right, without express direction from his Government, to enter the territoriality of a country in peace with the United States and seize property found there, claimed by citizens of the United States”. (9)

Las Malvinas volvieron entonces a adquirir notoriedad internacional.

Ya hacía tres años que el gobierno inglés les dedicaba una creciente atención, estimulada por los informes de Parish y por quienes sostenían la necesidad de contar con un puerto de escala en la ruta a Australia, cuya colonización estaba entonces en pleno desarrollo. (10)

Pero el gabinete británico no se animaba a tomar una decisión sin fundamento, y se limitó a presentar la nota de Parish. Sin embargo, este último llegó de regreso a Londres a principios de 1832, con la noticia del atropello norteamericano y de que ya no existían autoridades argentinas en las islas.

Estas razones, y tal vez la creencia de que los Estados Unidos podrían intentar su ocupación, decidieron el envío de una pequeña flotilla.

El capitán John James Onslow, al mando de la corbeta “Clío”, recibió instrucciones de dirigirse a Port Egmont y de restablecer allí el fuerte abandonado en 1774.

En caso de encontrar fuerzas extranjeras inferiores a las suyas debía desalojarlas, empleando la violencia en caso necesario.

Pero si esas fuerzas eran superiores, se limitaría a presentar una protesta que contenía también una amenaza. (11)

Onslow no se ajustó a esas instrucciones, o bien recibió otras que las contradecían y que permanecieron en secreto.

A fines de diciembre de 1832 llegó a Port Egmont, e inmediatamente, siguió rumbo a Puerto Soledad, anclando allí el 2 de enero del siguiente año.

En el lugar estaba la goleta “Sarandí” a las órdenes de José María Pinedo, a quien Onslow hizo saber que estaba encargado de afirmar los derechos soberanos de Inglaterra. (12)

Al día siguiente la bandera argentina era entregada a bordo de la “Sarandí” por un oficial inglés, y poco después Pinedo –ante la superioridad de las fuerzas británicas- dejaba Puerto Soledad. (13)

La “Clío” sólo quedó unos pocos días en las Malvinas, y dejó a su población en el mayor desamparo y anarquía.

Pero un año después, el 9 de enero de 1834, el “Challenger” traía al primer gobernador inglés, Henry Smith, que iniciaba así la ocupación de las islas usurpadas. (14)

Debe señalarse, ante todo, que Inglaterra se instaló en el mismo lugar que había sido poblado sucesivamente por los franceses, los españoles y los argentinos, pero que nunca había estado bajo el dominio inglés.

Si alguna pretensión podía sustentar Gran Bretaña, ella se limitaba a Port Egmont, ubicado en el otro extremo del archipiélago.

Esta circunstancia tan importante revela que el gobierno británico procedía con absoluto desprecio por el aspecto jurídico de la cuestión, y con el deseo manifiesto de realizar un acto de fuerza, sabiendo que la Argentina no estaba en condiciones de oponerse y de afrontar ese poder enormemente superior.

La segunda instalación inglesa en las Malvinas fue un despojo realizado gracias a esa superioridad.

La expulsión de las autoridades argentinas legítimas ni siquiera fue precedida de un aviso o de un ultimátum enviado al gobierno de Buenos Aires. Inglaterra no quería que sus derechos –o sus pretendidos derechos- fueran objeto de una discusión diplomática.

Usaba la fuerza, como antes –en 1766- había usado del secreto y de la clandestinidad. (15)

La llegada de Pinedo a Buenos Aires produjo naturalmente una honda conmoción en el sentimiento público, y dio origen a la inmediata protesta del gobierno argentino. (16)

El encargado de negocios, que era Philip G. Gore, contestó al día siguiente que no tenía instrucciones de Londres.

Entonces Manuel Vicente de Maza resolvió plantear el asunto directamente en Inglaterra, para lo cual comisionó al ministro plenipotenciario Manuel Moreno, encargándole la presentación de una formal protesta.

Este lo hizo el 17 de junio de 1833 mediante una larga nota en la cual recordaba los antecedentes históricos de la cuestión, para concluir “que los títulos de la España a las Malvinas fueron, su ocupación formal; su compra a la Francia por precio convenido; y la cesión o abandono que de ellas hizo Inglaterra”.

Como las Provincias Unidas sucedieron en los derechos que España tenía, Gran Bretaña no podía adquirir ningún nuevo derecho sobre las islas.

La nota concluía protestando “contra la soberanía asumida últimamente, en las islas Malvinas por la corona de la Gran Bretaña, y contra el despojo y eyección del Establecimiento de la República en Puerto Luis, llamado por otro nombre el Puerto de la Soledad”, y pidiendo las reparaciones adecuadas por la lesión y ofensa inferidas. (17)

La contestación inglesa –que tardó más de seis meses en ser presentada- merece ser cuidadosamente analizada.

Comienza esa nota recordando la protesta que Parish había entregado al gobierno argentino a fines de 1829 y reproduciendo los mismos argumentos:

“esos derechos soberanos, que estaban fundados sobre el descubrimiento original y subsiguiente ocupación de aquellas islas, adquirieron una mayor sanción con el hecho de haber su Majestad Católica restituido el establecimiento inglés de que una fuerza española se había apoderado por violencia en el año 1771”.

Agregaba la nota que el retiro de los ingleses en 1774 no pudo invalidar sus derechos.

Y como la protesta de Parish no había sido contestada por el gobierno argentino, este último no podía sorprenderse por el acto realizado en las Malvinas, ni tampoco “suponer que el gobierno británico permitiese que ningún otro Estado ejerciera un derecho, como derivado de España, que la Gran Bretaña le había negado a España misma”.

Lord Palmerston se ocupaba, por último, de negar la existencia de una promesa secreta, acerca de la cual no había constancia alguna en los archivos ingleses. (18)

La respuesta de Palmerston, escueta y carente de fundamentos históricos y jurídicos, sólo revelaba el deseo de eludir la discusión de un enojoso asunto que el gobierno británico no podía defender con argumentos valederos, sin dejar por ello de persistir en su actitud.

No es necesario volver a señalar las falsedades que esa nota contiene.

Ya lo hemos hecho al comentar la de Parish; que se transcribe casi literalmente por Palmerston.

Los dos únicos argumentos que este último agrega son la falta de contestación argentina a la nota de 1829 y la negativa inglesa a reconocer a otros Estados los derechos que había negado a España.

Aquella falta de contestación, explicable por las circunstancias críticas que vivía el país por esos años, no pudo, desde ningún punto de vista, hacer surgir un título nuevo para Inglaterra.

Ese silencio no podía interpretarse como un asentimiento a las pretensiones inglesas, puesto que simultáneamente los hechos afirmaban la voluntad argentina de mantener su soberanía en las Malvinas.

Los años 1829-1831 son precisamente los de mayor actividad en el archipiélago, que tiene a su frente al gobernador Vernet y asiste al desarrollo de Puerto Soledad.

De modo que esos actos de dominio eran el mejor desmentido que podía darse a la nota de Parish, y la manera más eficaz de asegurar los derechos que la República tenía como sucesora de España.

Si Inglaterra aspiraba sinceramente a obtener una contestación, pudo insistir en su nota o presentar otra recabándola, pero nunca hacer derivar de esa falta un fundamento para realizar actos de fuerza en Puerto Soledad.

La correcta práctica diplomática entre dos naciones que mantenían relaciones amistosas y cordiales exigía otro tratamiento muy distinto.

El último argumento de Palmerston consistía en sostener que Inglaterra no podía admitir los títulos argentinos porque los había negado a España misma, de la cual derivaban aquéllos.

Esta era una evidente falsedad, que al mismo tiempo encerraba un sofisma. Gran Bretaña nunca desconoció, ni hubiera podido hacerlo, los derechos españoles.

Estos fueron admitidos en 1749, en 1771 y en 1790, sin que llegara a ser tema de una discusión entre las cancillerías.

Y desde 1774, en que España quedó como única dueña del archipiélago, Inglaterra mantuvo un persistente silencio que significaba aceptar la validez de aquella ocupación.

Pero ese argumento contiene, además, un sofisma; aun cuando España no hubiera tenido título alguno, o éste hubiera sido desconocido por Inglaterra, no por ello podía esta última crearse unilateralmente un derecho fundado en la inexistencia del que invocaban los españoles.

Para adquirir la soberanía de un territorio no basta negar la que otra nación alega, sino que es preciso además que haya actos posesorios indiscutidos y permanentes.

Y esto era lo que no podía aducir Inglaterra, que desde 1774 hasta 1829 guardó un profundo silencio respecto del archipiélago.

Manuel Moreno replicó a Palmerston, en nota del 29 de diciembre de 1834, aportando nuevos argumentos y antecedentes en apoyo de la posición argentina. (19)

Esta segunda nota contiene sin duda un alegato muy orgánico y refleja con mayor acierto los derechos que Moreno defendía.

Pero tanto ésta como las ulteriores reclamaciones fueron contestadas siempre con una categórica negativa, por parte de Inglaterra, a discutir lealmente los títulos respectivos. El problema se mantuvo en la misma situación, sin que nada hiciera variar la posición argentina.

Esta se funda, históricamente, en las siguientes razones:

1º) La soberanía española de las islas, derivada de la concesión pontificia y de la ocupación de territorios en el Atlántico Meridional.

Inglaterra reconoció esa soberanía al comprometerse a no navegar ni comerciar en los mares del Sud (tratados de 1670, 1713 y subsiguientes)

2º) La posesión efectiva de Puerto Soledad desde 1764 –como sucesora de Francia- hasta 1811, la cual, a partir de 1774, fue una ocupación exclusiva de todo el archipiélago, acreditada mediante múltiples actos de soberanía y confirmada por la aceptación de todas las naciones.

3º) El compromiso británico de evacuar Port Egmont –como lo hizo en 1774- y el nuevo acuerdo con España de no establecerse en las costas orientales u occidentales de la América Meridional, ni en las islas adyacentes (octubre de 1790).

4º) La incorporación de las islas Malvinas al gobierno y por lo tanto al territorio de la provincia de Buenos Aires, resuelta por España en 1766 y mantenida luego sin alteración alguna.

5º) La continuidad jurídica de la República Argentina con respecto a todos los derechos y obligaciones heredados de España.

6º) La ocupación pacífica y exclusiva del archipiélago por la Argentina –o la provincia de Buenos Aires- desde 1820 hasta el 2 de enero de 1833, en que sus autoridades fueron desalojadas por la fuerza.

7º) El traspaso hecho por España a la República Argentina, mediante el tratado de 21 de diciembre de 1863, “de todas las provincias mencionadas en su Constitución federal vigente, y de los demás territorios que legítimamente le pertenecen o en adelante le pertenecieren”, renunciando a “la soberanía, derechos y acciones que le correspondían”. (20)

Por su pare Inglaterra no puede invocar ni los derechos de primer ocupante, ni la cesión de su soberanía por España, ni la facultad de navegar y de establecerse en los mares del sud, ni ningún otro título legítimo aceptado por España o por la Argentina.

Sólo tiene a su favor la ocupación clandestina de 1766 y el violento despojo de 1833.

Referencias

(1) Caillet-Bois, 179-181: “El Argos de Buenos Ayres, Nº 31, 10 de noviembre de 1821.
(2) Gómez Langenheim, I, 212 y 217.
(3) Decreto del 5 de enero de 1828, en Gómez Langenheim, I, 230.
(4) Pedro de Angelis – Recopilación de las leyes y decretos promulgados en Buenos Aires, segunda parte, 969, Buenos Aires, 1836. El decreto fue publicado y comentado por los dos periódicos más importantes de entonces: “La Gaceta Mercantil”, 17 y 23 de junio de 1829, y el “British Packet”, 20 de junio del mismo año.
(5) Caillet-Bois, 183-208.
(6) Gómez Langenheim, II, 127.
(7) Guido a Parish, 25 de noviembre de 1829 en Gómez Langenheim, II, 128.
(8) Todos los sucesos se encuentran documentados en “Colección de documentos oficiales con que el gobierno instruye al cuerpo legislativo de la provincia del origen y estado de las cuestiones pendientes con la República de los Estados Unidos de Norteamérica sobre las Islas Malvinas”. Buenos Aires, 1832; seguida de “Apéndice a los documentos oficiales publicados sobre el asunto de Malvinas, etc.”, Buenos Aires, 1832.
(9) Groussac, “Les iles Malouines”, 33, quien cita a Francis Wharton, “A Digest of the International Law, 2ª ed., I, 444.
(10) Caillet-Bois, 295-318.
(11) Caillet-Bois, 320-321, quien cita a G. T. Whitington, “The Falkland Islands, compiled from ten years, investigations of the subject”, 12-15, London, 1840.
(12) Onslow a Pinedo, 2 de enero de 1833, V. F. Boyson, “The Falkland Islands”, 97, Oxford, 1924.
(13) Caillet-Bois, 322-327.
(14) Boyson, 103.
(15) No deja de ser curioso destacar la explicación que da un autor moderno sobre los motivos de la llegada de la “Clío”: “The reason of her appearance was very simple. No notice having been taken of the protest made by Woodbine Parish three years previously, the Clio….. had been dispatched to take possession of the colony” (Boyson, 97). Este escritor parece ignorar todos los usos diplomáticos, e incluso la diferencia que existe entre tomar posesión de un lugar abandonado o desierto y expulsar de un establecimiento ya organizado a las autoridades de un país con el cual se mantienen relaciones amistosas.
(16) Maza a Gore, 16 de enero de 1833, en “Reclamación del Gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata, contra el de su Majestad Británica, sobre la soberanía y posesión de las islas Malvinas (Falkland), Discusión oficial”, 25, Londres, 1841.
(17) Reclamación cit., 3-24. Se publicó también en inglés y francés en “Protestation du gouvernement des Provinces Unies du Río de la Plata, par son ministre plénipotentiairie a Londres, sur l’arrogation de souveraineté dans les iles Malvines or Falkland, par la Grande Bretagne, et l’éjecution de l’établissement de Buenos Ayres a Port Louis”, Londres, 1833.
(18) Lord Palmerston a Manuel Moreno, 8 de enero de 1834, en “Reclamación” cit., 40-53.
(19) ”Reclamación” cit., 54-66. Manuel Moreno publicó también, sin nombre de autor, un folleto titulado “Observations on the forcible occupation of the Malvinas, or Falkland Islands, by the British Government, in 1833”, London, 1833. Este folleto estaba destinado a ilustrar a la opinion pública, mostrando el carácter violento de la agresión inglesa. Sobre las gestiones de Moreno en Londres, ver Caillet-Bois 347-365.
(20) Tratado de reconocimiento, paz y amistad con España, ratificado por la ley 72.

Fuente
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado.
Muñoz Azpiri, José Luis – Historia completa de las Malvinas – Buenos Aires (1966).
www.revisionistas.com.ar

Se permite la reproducción citando la fuente:
www.revisionistas.com.ar

lunes, 7 de junio de 2010

QUE VENGA EL PRINCIPITO

Malvinas: la base británica supera toda la capacidad militar argentina

El recalentamiento del conflicto diplomático con Gran Bretaña por la soberanía sobre las Malvinas tiene como trasfondo las nuevas expoloraciones petrolíferas en la zona marítima que rodea las islas.
En este marco se van sucediendo hechos que tensan aún mas las relaciones, como el reciente vuelo sobre el espacio aéreo argentino de 2 aviones de guerra británicos acompañados por otro de transporte.
El reciente anuncio de la Ministra de Defensa Nilda Garré sobre el plan para la construcción de un submarino nuclear no pasó inadvertido para el Foreign Office.
El siguiente informe muestra el impresionante poderío militar asentado en las islas.
Con apenas 1500 hombres, la base de la RAF en Mont Pleasant tiene un poder de fuego superior al de las Fuerzas armadas argentinas.

Defensa en La base militar británica de Malvinas


Localización de la RAF Mount Pleasant en las islas Malvinas

Única puerta de entrada para los que llegan a las Malvinas en avión, el destacamento de la Real Fuerza Aérea británica de Mount Pleasent se ha convertido en la segunda ciudad de las islas. Tiene unos 1.500 habitantes y comodidades del primer mundo.

Igual, no pueden evitar el peligro de las minas que todavía permanecen ocultas y enterradas desde 1982.

Con 1.500 habitantes entre personal permanente y rotativo, la base de la Real Fuerza

Aérea en Mount Pleasant, a unos 70 kilómetros al suroeste de la capital isleña, se ha convertido en la segunda ciudad de las Malvinas y única puerta de entrada de quienes llegan al archipiélago por vía aérea.

Ya desde el aire se aprecian los enormes galpones, depósitos de armamento, hangares subterráneos, alambrados de púa, barreras antitanque y casamatas con ametralladoras, que se extienden por varias hectáreas, siempre camuflados para confundirse con el verde amarillento suelo de las islas.

El complejo es sin duda el legado más imponente de la guerra y fue construido con el objeto de persuadir a la Argentina de iniciar una nueva aventura bélica, luego de que las tropas argentinas vencieran fácilmente a los alrededor de 80 soldados que velabanpor la seguridad de las islas el 2 de abril de 1982.

Tan sólo 550 de los que viven en Mount Pleasant residen allí de manera permanente, mientras que el millar restante se compone mayormente de militares que pasan períodos de entre tres y cuatro meses en el archipiélago, muchos de ellos preparándose para misiones de combate en Irak y Afganistán.

Cuentan con aviones Panabia Tornado

Los panabia Tornado trabajan en estrecha colaboración con los sistemas de defensa antiaéreas Rapier, del 16 Regimiento de la AR, en el denominado anillo de Mount Pleasant. Las Tripulaciones de los Tornado y Rapier participar en simulacros de lucha a diario.

Miembros de la Falkland Islands Defence Force (FIDF) en ejercicios

En 1982 La Fuerza de Defensa de las Islas Falkland (FIDF) era una pequeña fuerza, apenas un pelotón, y no estaban equipados para la guerra moderna.

Ahora esta fuerza la FIDF desempeña un papel fundamental en la defensa de las islas. Armados con fusiles Steyer Austriacos y ametralladoras de 5 pulgadas (1,27 cm) de calibre, principalmente los soldados a tiempo parcial entrenan duro con el Ejército regular.

La fuerza de defensa de las islas de Malvinas, esta compuesta por voluntarios residentes en las islas, ensayo de desembarcos en playa con la ayuda del cuerpo logístico real, provistos de ametralladoras austriacas AUG-A1.

Sistema de defensa armamentístico estándar CASSIN FALCON

Fuegos de la artillería de campo durante un ejercicio militar el 22 de marzo de 2007 en la base británica Mount Pleasant, Malvinas, 22 de marzo de 2007. La Brigada llegó a Mount Pleasant, luego de la guerra en Afganistán, y muchos de sus colegas también se han endurecido por los conflictos en Iraq.

Mount Pleasant, Islas Malvinas: Dos aviones de combate del tornado del F3 de Royal Air Force carretean para lograr el despege, el 7 de febrero de 2007 en la base militar Mount Pleasant, Islas Malvinas.

“Los habitantes de las islas están encantados con nosotros, se sienten protegidos cuando ven a los ruidosos aviones de combate Tornado volando a baja altura sobre sus campos.

Eso sería impensable en Europa”, explica un soldado que solicita permanecer en el anonimato y que ya ha participado en numerosas misiones de combate en Asia Central.

Pese a que se enorgullecen de que la base militar es la única institución en el archipiélago financiada por el Reino Unido, el complejo de Mount Pleasant implica beneficios cotidianos para los isleños que van mucho más allá de la defensa del archipiélago.



Mount Pleasant, Islas Malvinas - 8 DE FEBRERO: Una vista general de la base militar el 7 de febrero de 2007 en las Islas Malvinas.

La lluvia cae en el complejo militar Mount Pleasant 7 de febrero de 2007 en las Islas Malvinas.

Armas

El dispositivo se complementa con cuatro zonas de dispersión para aeronaves, que incluyen 50 hangares normales, 7 hangares reforzados y media docena de áreas de dispersión; estimándose que en dicha base pueden operar más de 80 aeronaves de combate conjuntamente con unos 20 transportes y cisternas.

Dentro del perímetro de la base se encuentran todas las construcciones destinadas al mantenimiento de las aeronaves, arsenales, depósitos de combustible, más de un centenar de barracas destinadas a albergar a más de 2.000 personas que constituyen la dotación permanente de la base.


Dos Panabia tornado carreteando, Malvinas


Un ejercicio del perímetro usando elementos de los tres fuerzas, fue llevado a cabo en el campo Mount Pleasant, Islas Malvinas.


Sistema misilístico antiaéreo Repier


Los soldados de la artillería real, en ejercicios de respuesta rápida para proteger el espacio aéreo alrededor de las Islas Malvinas, llevan una batería de defensa aérea Rapier.


Sistemas de defensa Rapier


Brigadier Nick Davies

Dice el comandante de las Fuerzas Británicas Islas del Atlántico Sur, el brigadier Nick Davies, que se siente feliz de hablar con franqueza:

“No quiero cambiar lo que hacemos aquí.

Estoy aquí para asegurarnos de que tenemos una fuerza eficiente y asegurarse de que el conflicto de 1982 no vuelva a suceder. Y yo estoy bastante confiado en que tengo las herramientas”.

Sobre esos instrumentos

Así como tornados y Rapier, los britanicos cuentan con gran variedad de armas y sistemas de defensa antiaerea cercana y de largo alcance, hay helicópteros de respuesta rapida, Hércules y transporte cisterna VC10, un destructor (en la actualidad de HMS Edinburgh)que vigila con recelo la isla,cuentan con buques de patrullaje de clase castle; cañones de 105mm de artillería, y al menos una compañía de infantería con el apoyo de multiples unidades.

El componente aéreo normal lo integran cuatro Tornados F3 de la RAF , de los cuales dos se encuentran en alertaa permanente QRA y cuyo armamento estándar consiste en misiles aire-aire AMRAAM, Sidewinder y opcionalmente pueden portar misiles antirradar ALARM. Los ejemplares pertenecen a la unidad aérea 1435 de la RAF que está complementada con un Hércules C3 y un cisterna VC-10 ambos de la unidad 1312.

También hay desplegados dos Sea King HAR.3 dedicados a misiones SAR y un helicóptero CH-47 Chinook, aunque también se han desplegado temporalmente helicópteros Griffin (Bell 412EP). Los Tornado en poco tiempo más serán reemplazados con los Eurofigther Typhoon, hecho que supone pasar de una capacidad defensiva a una ofensiva considerando que el Typhoon es un caza polivalente que puede portar una amplia diversidad de armas aire-aire además de misiles crucero de largo alcance Desert Storm, entre otras armas aire-suelo.


El sistema Rapier

Desde fines de 1996 la RAF llevó a las islas una cantidad no revelada de los sistemas de defensa aérea Rapier FSC (Rapier 2000) con capacidad para 8 misiles Rapier, un radar de vigilancia Dagger y el radar de adquisición Blindfire.

Por su parte el ejército británico dispone de los misiles portátiles Starstreak de alta velocidad y los Javelin. Sobre los primeros se conoce que en Malvinas han sido desplegada la versión LML que puede ser montada sobre vehículos Land Rover o lanzados desde el hombro en una configuración de hasta tres misiles.

Sobre el resto del equipamiento poco se conoce, más que hay piezas de artillería ligera de 105 y 155 mm, morteros de 81 mm, misiles antitanque LAW-80 y algunos Milan.


El destructor HMS Edinburgh en maniobras en las islas

Buque de patrullaje HMS Dumbarton Castle

Instalaciones de Mount Pleasant

Además de equipamiento militar, la base también alberga muchas comodidades que ni siquiera existen en la capital de la islas, alerga un hospital y el colegio para los hijos de civiles y oficiales que viven allí de forma permanente se suman un centro comercial, un cine, varios restaurantes, una disco, una pista de bowling, cancha de golf, varias piletas de natación y hasta una sala de juegos de guerra con armas láser.

No son pocos los habitantes de Stanley que los fines de semana se acercan a la base para disfrutar de algunas de estas atracciones.

Logo del colegio de Mount Pleasant, Islas Malvinas


Colegio de Mount Pleasant: http://www.mountpleasantschool.ik.org/

Mount Pleasant tiene una amplia gama de instalaciones deportivas y sociales incluyendo un gimnasio, pileta para water polo, campo de golf, centro de buceo, karting, librería, cine, bowling, y campos de deportes al aire libre.

Hay peluquerías, un centro médico y un centro educacional en la base.

Hay también un complejo que incluye a café y una pequeña tienda que son propiedad de Falkland Islands Company.

Siempre que paguen su pasaje, los isleños también cuentan con la posibilidad de acceder a entre veinte y treinta asientos para viajar al Reino Unido tres veces cada dos semanas, en los vuelos militares que coordinan las Fuerzas Armadas desde Mount Pleasant.

Desde la base también se transmite la señal de televisión BFBS (British Forces Broadcasting Service), que contiene programación producida por el Ministerio de Defensa para las fuerzas británicas desplegadas alrededor del mundo. La alternativa a la BFBS es el costoso servicio de televisión satelital, provisto, por supuesto, por un operador monopólico.

Un avión de combate tornado F3 de la Royal Air Force se alista para salir en la base militar Mount Pleasant, Islas Malvinas.

Mount Pleasant, Islas Malvinas. Dos aviones de combate del tornado del F3 de Royal Air Force despegan en formación el 7 de febrero de 2007 en la base militar Mount Pleasant, Islas Malvinas.

Un aviador pasa a través de un túnel subterraneo en el complejo militar Mount Pleasant:, Islas Malvinas.

Un avión de combate tornado F3 de Royal Air Force en Mount Pleasant, Islas Malvinas.


sábado, 5 de junio de 2010

CARTA DE UN EX - ENEMIGO

Traducción de la carta que un Oficial de la Marina inglesa envió al Agregado Militar argentino en Londres, Cnel. Abel Catuzzi, en referencia al Coronel Losito, Héroe de Malvinas, ante la detención que hoy sufre este último por haber combatido al terrorismo.

"Estimado Coronel:

Horacio Losito Mi nombre es Richard (Rick) Jolly.

En 1982 y durante la guerra de las Falklands / Malvinas, fui oficial superior médico de la Brigada de Comando de Royal Marines.

Por lo tanto actué como médico privado del Brigadier Julian Thompson y médico asesor de su Estado Mayor.

También estuve a cargo del esdrón Médico del Regimiento de Comando Logístico de la Infantería de Marina.

Por esa razón fui Jefe del Hospital de Campaña en Ajax Bay .

Durante toda la campaña fui responsable del tratamiento de más de seiscientos británicos y cerca de doscientos argentinos heridos.

Después de la campaña fui condecorado con el rango de OBE (Oficial de la Orden del Imperio Británico) por su Majestad la Reina y más tarde, en 1999, recibí la distinción de la Orden de Mayo del Gobierno Argentino.

Esta distinción me fue dada personalmente por el entonces Ministro de Relaciones Exteriores Guido di Tella, en Buenos Aires en Abril de 1999.

Su Majestad la Reina me otorgó permiso personal para usar esta distinción del extranjero en todas las ocasiones.

Yo me siento muy orgulloso de ser uno de los pocos que ha sido condecorado por ambos países, a consecuencia del mismo conflicto.

Hace poco me he enterado que uno de mis pacientes argentinos heridos -un oficial- ha sido arrestado y esta a punto de ser juzgado, con acusaciones de cargos relacionados con hechos anteriores al conflicto de 1982.

No conozco cuáles son las acusaciones que se le hacen.

El oficial en cuestión era Teniente cuando lo traté en la tarde del 30 de Mayo de 1982.

Horacio Losito era miembro de la Compañía de Comandos 602 y había sido herido en un muy serio enfrentamiento en Top Malo House.

Como todos sus hombres, el era un soldado de las fuerzas especiales altamente calificado.

Las autoridades del Royal Marines del Cuadro para la Guerra en la Montaña y el Ártico dieron muy buenos informes sobre las actuaciones de los argentinos durante la lucha antes de su rendición.

Fue entonces que los equipos médicos británicos en Ajax Bay tuvieron el deber y el privilegio de tratar a todos los heridos de este encuentro:

tres británicos y seis argentinos.

Aun conservo en mi poder toda la documentación quirúrgica y veo que el Teniente Losito había sufrido heridas serias en su cabeza y pierna derecha.

Las mismas fueron tratadas en forma correcta y a la mañana siguiente, cuando todos ellos se habían recuperado de los efectos de la anestesia, hablé con todo el grupo.

Quería explicarles porque ellos estaban custodiados por uno de mis Royal Marines armados. Primero les pregunté si algunos de ellos hablaba inglés.

Sus expresiones me indicaron que trataban de engañarme, por lo que hablé directamente al Tte Losito y al Tte Brun.

Les dije que comprendía perfectamente su situación.

Como hombres de honor ellos probablemente creían que era su deber el tratar de escapar y como miembro de las fuerzas especiales, ellos tenían la suficiente energía y capacidad para hacerlo, a pesar de que habían sido heridos.

No obstante, les dije que yo sabía de que todos ellos habían sido entrenados por expertos americanos en Fort Bragg en USA y quería que supieran que, aunque nosotros les habíamos curado todos los agujeros que nuestros colegas de los Royal Marines les habían hecho en sus cuerpos en Top Malo, nosotros no vacilaríamos en repetir ese proceso si ellos trataban de escapar o comportarse en forma indebida.

El Tte Losito respondió en inglés que comprendía perfectamente.

Pude llegar a observar, en una situación mucho más tranquila, la excelente conducta de todos esos hombres y especialmente del que parecía ser su comandante.

Todos ellos eran estoicos y nunca se quejaron de su suerte, de alguna manera alegres en su comportamiento y cooperadores con sus acciones, cuando los preparábamos para transportarlos en helicópteros al Buque Hospital Uganda y después al Buque Argentino Bahía Paraíso.

Durante la corta estadía con nosotros, ocurrió un incidente con una carga de munición que había sido unida a una trampa explosiva (colocada por soldados argentinos ) en Goose Green/Ganso Verde.

Dos de los prisioneros argentino que habían ayudado a los soldados británicos a mover dicha carga, resultaron muy seriamente heridos cuando una de las cargas explotó.

Un tercer prisionero murió.

Estábamos operando a estos hombres y ellos necesitaban grandes transfusiones de sangre.

Debido a que nuestras existencias habían disminuido durante el tratamientos de heridos por otra batalla anterior, pedimos al prisionero argentino de mayor rango, Coronel Piaggi, permiso para sacar sangre de voluntarios argentinos prisioneros.

Al principio, el Coronel Piaggi rehusó, pero luego cambió de parecer cuando le pedí que me acompañara a la sala de operaciones y le hice ver el estado de los jóvenes prisioneros argentinos que estábamos operando.

Cuando él vio la gravedad de las heridas, cambió de opinión y sólo pudo decir:

¿cuánto?

¿de qué tipo?.

En ese momento yo estaba tan enojado con el Coronel Piaggi que no presté mucha atención a lo que decía.

En realidad, él se ofreció de voluntario para dar sangre, pero luego agregó que no podía hacerlo porque había tenido hepatitis.

Menciono estos detalles porque cuando yo critiqué el comportamiento del Coronel Paggi durante una entrevista que se hizo en Buenos Aires en 1999, Horacio Losito muy cordialmente me recordó que él había estado presente durante nuestra conversación, que podía recordar los detalles y dijo que lo que yo decía no era correcto.

El dijo esto en forma muy diplomática y amable, lo que reforzó aún más la opinión que yo tenía de él.

Más tarde tuvimos la oportunidad de conversar mucho después de un programa de TV en el que ambos tomamos parte.

Durante ese programa, también hablé con sus hijos por teléfono; ellos habían llamado para agradecerme por devolverles vivo a su padre.

Le di las gracias por ese gesto y en ese momento reconocí otro gesto amable tan típico del padre, un oficial tan especial.

El también me invitó a comer un asado en su destino, la Escuela de Suboficiales en Buenos Aires, pero la falta de tiempo me impidió aceptar esa amable invitación.

La placa de la Escuela de Suboficiales Sargento Cabral que él me obsequió ocupa un lugar de honor en la biblioteca de mi casa de Inglaterra y todavía espero poder aceptar su invitación.

He prestado servicios en Irlanda del Norte durante la década de 1979 cuando el Ejército Británico secundaba al Royal Ulster Constabulary a mantener el orden.

Por eso sé que un mismo individuo puede ser para uno un terrorista, mientras que para otros es un defensor de la libertad, y las situaciones que los involucran suelen ser sumamente difíciles.

No conozco los detalles de las acusaciones del caso que comprende a Horacio Losito, o cuáles fueron sus órdenes y actuaciones en ese momento.

A pesar de eso, puedo establecer que, después de haber sido testigo de sus cualidad personales y haber apreciado a éstas en circunstancias difíciles y peligrosas, considero a este oficial como una espléndida persona, un hombre de moral íntegra, cálida personalidad y con una lealtad muy significativa a su deber patriótico.

Me siento muy satisfecho de haberlo ayudado a recuperar su salud.

Si un hombre se alaba a sí mismo, sus palabras carecen de valor.

Si un hombre es alabado por un amigo, esas palabras son las que de él se esperan.

Sin embargo, cuando un enemigo escribe bien acerca de una persona, las ponderaciones tienen entonces un valor muy especial.

Por favor quiero que emplee mis palabras de estimación de Horacio Losito para lo que usted considere más adecuado.

Me siento orgulloso de haber conocido a Horacio Losito.

Atentamente,

(Hay firma)

Capitán de Navío Cirujano R:T: (Rick) Jolly Obe Royal Navy (RE)11 Carew Close,Crafthole,Cornwall PL11 3EB