domingo, 16 de enero de 2011

VETERANO DE GUERRA

El reciente fallo de la CSJN que reconoce como "veterano de guerra" a un suboficial que actuó en el "continente", fuera del demarcado "teatro de operaciones Malvinas", implica la reconsideración administrativa de esa calificación, como resultante de la determinación legal mencionada.

En una Argentina abrumada por los problemas coyunturales, el fallo de la CSJN, que reconoce como "veterano de guerra" a quien actuó fuera del "teatro de operaciones Malvinas", es una bocanada de aire, que puede materializar una respuesta a una cuestión estructural de larga data.

Durante los últimos años, personal incorporado a las Fuerzas Armadas o que colaboraron con las mismas, que actuaron fuera de las Islas Malvinas, solicito y reclamo su calificación sin éxito.
La negativa para conceder esta calificación, fue la reglamentación determinada, a lo que se agrego un aparente "costo", que no estaba en las posibilidades del Estado.

Este tema se arrastro durante años, despertó molestias, dificultó encontrar soluciones, pero, ahora, la Justicia ha dado la señal a la que se deberá atenerse como jurisprudencia.
Sin embargo, lo más probable, es que se "amontonen" expedientes, en largos procesos con lo que el resultado final individual se postergara.
Ello lleva a pensar en lo saludable que seria que, en una muestra de equidad, el Estado revise la actual legislación y determine una que se ajuste sana y técnicamente.

Esta posibilidad de "reformulación", tiene que basarse en los principios que hacen y configuran a la guerra, como problema social, y las experiencias y enseñanzas del tratamiento como "parte" del elemento más vulnerable:
el hombre. Los países con "experiencia" de guerra han estudiado profundamente la cuestión, ya que de la corrección en su aplicación, surgirá la justicia bajo la que merece ser tratado el "combatiente".

La guerra es el acto de oposición cruel y violenta, por un fin determinado, siendo su forma clásica el accionar armado, que busca destruir al enemigo y someterlo a la voluntad del beligerante.
Las personas que participan, al término de ella, se los reconoce como "veteranos de guerra".
La participación se inicia en el momento de la "convocatoria" y la "incorporación" en el elemento armado que corresponda.
Es allí, donde comienza el trauma que se conoce como "ansiedad de combate" (sensación de estar obligado a matar y que será posible morir). Este trauma alcanza, no tan solo al individuo, sino también a todos aquellos (como es la familia) con los que está directamente vinculado.
Luego, lo que pasará con cada uno, es decir su destino, acción, etc. no depende de la persona, sino de la conducción propia y del accionar del enemigo, es decir alguien puede estar en primera línea en el fragor del combate y otro, en la retaguardia, en cualquiera de las tareas logísticas, pero, reafirmando, que ello no es fruto de la voluntad, sino resultante de la situación por lo tanto no se puede hacer una valorización particular.

Lo más gratificante que puede recibir un combatiente es "volver con vida" y, con ello, poder recibir el afecto, agradecimiento y distinción de aquellos por los que actuó.
Lo más triste es "morir", con lo que, si bien se convierte en "héroe" y, como tal, debe merecer el reconocimiento por haber dado su vida.
La sociedad adquiere, naturalmente, una deuda para con aquellos que la han protegido y esta se salda con su calificación como "veteranos de guerra", contemplando la actuación individual, mediante graduales condecoraciones, y atendiendo los problemas resultantes de orden físico o psíquico, llegando a crear, si fuera necesario, un apoyo económico (pensión), para aquellos que quedan disminuidos, inhabilitados o imposibilitados para una vida normal que, lógicamente, se hace extensivo a las familias, cuando ellas dependieran económicamente del individuo.

Nuestro país se encontró en "estado de guerra" en el Siglo XX en tres oportunidades que motivaron la "Operación Independencia", la "Operación
Soberanía" y la "Operación Malvinas".
La primera, se baso básicamente en "personal permanente", por lo que su situación se ajustó a lo que marcan los reglamentos.
La segunda incorporó reservas, creando el "clima de guerra", pero no llego a la confrontación, y aplicó, como el caso anterior, la reglamentación existente.

La tercera, llego a la entrada en "combate" y su desenlace fue equívocamente tratado, lo que desvirtuó el accionar y, luego, motivo la formulación de una reglamentación especifica.
Se entiende que, posiblemente, en esa reglamentación, se unió el tema de la "distinción" (veterano) con el de la "compensación" (pensión) y, ante la escala que se alcanzaba, se creó la figura de los "alcances" para ajustar restringiendo los efectos.
Esta dicotomía subsiste y es la raíz de los desencuentros y desavenencias que, de alguna manera, da principio de solución el fallo de la CSJN mencionado.

Sin embargo, ante la realidad, el Estado no ha saldado su "deuda de honor" con los veteranos, ya que, al crear una figura conveniente para el erario del mismo, olvido que lo importante eran sus "soldados" y no los supo atender con la justicia que su entrega en cumplimiento del deber les corresponde.

El fallo de la CSJN es la oportunidad para que el Estado recobre la iniciativa, con la grandeza de la Justicia, en el trato a sus "veteranos" y, lógicamente, reformule la metodología actualmente aplicada que, evidentemente, se muestra como inconveniente.
En base a ello, se sugiere lo siguiente:

1) Se reconozca como "veteranos de guerra" a todo el personal militar permanente e incorporado y a los civiles convocados que fueron "parte" de las operaciones "Independencia", Soberanía" y "Malvinas" cualquiera sea el lugar o momento de su acción.

2) Se active un "sistema de reconocimiento", que incluya la posibilidad de condecoraciones, para distinguir a los que han dado su vida, fueron heridos física o psíquicamente y/o demostrado su valor y arrojo en el combate.

3) Se organice un "sistema de compensación", que incluya en la medida que sea necesario "pensiones", solo para aquellos que, con motivo de la guerra, puedan probar consecuencias físicas o psicológicas que le resten capacidades en las actividades civiles.

Esta reformulación del encuadre, bajo el cual se trata a los "veteranos de guerra", seguramente, será un gesto del Estado y un accionar de la sociedad que no debe ser más postergado.
De lograrse esta "reformulación" no tan solo se saldara una deuda moral y ética sino que se estará dando un ejemplo de equilibrio para el futuro argentino.
José Javier de la Cuesta Ávila
Tcnl
(LMGSM 1 y CMN 73)

jueves, 13 de enero de 2011

COMO DIRÍA MINGUITO

Estimados Dres. Carlos Tórtora y Guillermo Cherasnhy:

Después de haberme informado por intermedio de su prestigioso portal sobre la existencia de un
proyecto de ley en la Cámara de Diputados de la provincia de Santa Fe que pretende otorgarle a los presos políticos una pensión similar a los héroes de Malvinas, me tomé el trabajo de hacer un modesto collage que quiero compartir con todos sus lectores.

Los saludo muy atentamente.

Jorge Adrián Rudi
Abogado
Ex-soldado clase 1963
Editor de Soldados1982

domingo, 9 de enero de 2011

MALVINAS: LA PRIMERA RECUPERACION

Malvinas: La 1ra recuperación fue del Gaucho RIVERO y sus criollos "alzados"

El Entrerriano "RIVERO", fue el 1er VGM (veterano de la Guerra en Malvinas), habiendo recuperado las Islas con un puñado de criollos el 26 de Agosto de 1833.

Siendo derrotado y hecho prisionero el 7 de enero de 1834.

En el entonces poblado de Montiel, Provincia de Entre Ríos nació el 27 de noviembre de 1808 Antonio RIVERO.

Desde niño conoció las tareas del campo.

Trabajador duro como el que más.

Recorrió los lugares y provincias ofreciendo su trabajo.

Peón de campo, el gaucho del Litoral, se hizo gaucho de la patria.

Tenía más de veinte años y se conchabó como peón de campo, para criar y esquilar ovinos en las Islas Malvinas.

El Gaucho Antonio RIVERO fue llevado en barco por los mares australes y llegó a los campos de las Islas, para hacer su trabajo.

Tenía cobijo y un buen caballo, que lo ayudaba en su cotidiana tarea.

Eran los tiempos del Gobernador Luis Vernet, el intrépido comerciante y defensor de nuestra soberanía que desde 1823, junto con don Jorge Pacheco comenzaron a trabajar en las Islas Malvinas, fletando barcos e iniciando un futuro y próspero negocio con la organización de un poblado y colonia con habitantes permanentes, dedicadas a las tareas de campo y a la pesca de anfibios desde Malvinas al Cabo de Hornos, por la concesión otorgada por el Gobierno Argentino.

Vernet fue nombrado comandante Político y Militar de las Islas Malvinas en 1829, y estuvo al mando de ellas hasta que fue desalojado por los ingleses en 1833.

El 2 de enero de 1833, llegó a Malvinas el comandante inglés Oslow, de la corbeta inglesa "Clio" y arrió la bandera argentina, procediendo a izar la británica, designándose gobernador: Tenía órdenes de S.M. Británica de ocupar el archipiélago y someterlo al poder inglés.

Con el poder total del lugar y concluida su tarea Onslow, dejó como gobernador al despensero Williams Dickson y el 14 de enero de 1833, se retiró de la Guarnición y fue hacia otros destinos.

Rivero recupera Las Islas Malvinas - 26Ago1833 / 07Ene1834

Entonces fue, cuando Antonio Rivero comenzó su labor de convencer a un grupo de criollos y gauchos esquiladores para retomar el gobierno de las Islas Malvinas.

El 26 de agosto del mismo 1833 los gauchos y criollos al mando de Antonio RIVERO, toman por asalto las casas de Puerto Soledad y las embarcaciones inglesas. Combatieron a cuchillo y a lo gaucho eliminaron a los que servían a las órdenes Inglesas.

Antonio Rivero y sus gauchos recuperaron las Islas Malvinas y estuvieron al gobierno de las Islas, donde izaron la bandera Nacional Argentina, hasta el 7 de enero de 1834.

En esa fecha dos buques armados ingleses; la Fragata “Challenger” al mando del Capitán Seymour, y el bergantín “Hopefull”, al mando del teniente Henry Smith, el nuevo comandante militar británico de las Islas, llegaron a Soledad. Se inició la persecución y luego de tres meses se apresó al Gaucho Rivero y los siete criollos alzados contra los usurpadores ingleses, el entrerriano Antonio Rivero, Juan Brasido, José María Luna, Manuel González, Luciano Flores, Felipe Salazar, Marcos Latorre y Manuel Godoy.

Fueron llevados a bordo para presentarlos prisioneros ante el Comando de la Flota del Atlántico Sur de Gran Bretaña. (con sede en la Bahía de Río de Janeiro). Fueron considerados por los ingleses como "bandoleros", "asesinos" y "delincuentes".

Por ser “Jurisdicción Naval”, desde enero de 1808 fecha de la Creación y el asiento de la Flota Británica en el Atlántico Sur (Tratado de APODACA-Canning y los adicionales con la Junta de Sevilla). El asiento principal estaba en Río de Janeiro Sede del Cdo de la Flota del Atlántico Sur y con su Almirante; y la sede secundaria para la Escuadra naval apostada en el estuario del Río de la Plata, que se instaló el 06 de Noviembre de1809, trayendo al nuevo Virrey Cisneros y que al mismo tiempo abre el puerto de Buenos Aires (Libre Comercio) a los productos británicos, por orden de las Juntas de España, pagando los impuestos de importación por adelantado con el Edicto de Libre Comercio, y la “protección” de los buques de guerra ingleses para prevenir ataques de buques franceses.

La Escuadra del Plata estaba al mando de un Comodoro con el grado de Capitán de Navío.

Quién vivía en la ciudad de Buenos Aires y se desempeñó, como “representante” oficial de la Corona Británica durante 14 años, hasta que se hace cargo el 1er Cónsul General Sir Woodbine Parish en Buenos Aires, durante el Gobierno de Bernardino González de Rivadavia.

Primero (Los “alzados” Rivero y sus gauchos) se les hizo un Juicio en el buque "Spartiate". El almirante inglés no se atrevió a convalidar este Juicio realizado, y se sacó el problema haciendo que “Antuk” Antonio Rivero y sus compañeros gauchos fueron embarcados en el buque mercantil “Talbot”, para dejarlos libres en el puerto de Montevideo de la Banda Oriental del Uruguay.

(Sumario de su HMB en la Flota del Atlántico Sur, en Río de Janeiro), leídos por José María Rosa en los Archivos Navales de Londres – GB.-

De regreso a la Patria

Llegado a Buenos Aires con el tiempo se incorpora en el ejército de la Provincia de Bs As, siendo gobernador don Juan Manuel de Rosas y allí prestó servicios en el Batallón de Patricios.

Le toca estar presente en la Batalla de Vuelta de Obligado, donde murió en su ley de gaucho patriota, al pie de una batería argentina combatiendo contra los ingleses el 20 de noviembre de 1845.

Luego del tremendo cañoneo de las Armadas Francesa e Inglesa contra las posiciones nacionales, en la histórica carga a la bayoneta de la infantería del Regimiento "Patricios" de Buenos Ayres, al mando del Coronel Ramón Rodríguez, contra las tropas binacionales que estaban desembarcando.

(Comprobado por el historiador José María Rosa - en listas de muertos, de cabildos y municipios-).

Antonio Rivero

El Entrerriano "RIVERO", fue el 1er VGM (veterano de la Guerra en Malvinas), habiendo recuperado las Islas con un puñado de criollos el 26 de Agosto de 1833. Siendo derrotado y hecho prisionero el 7 de enero de 1834.

Incorporado luego al Regimiento Patricios de Buenos Ayres combate contra las tropas invasoras de Francia y Gran Bretaña, en la heroica derrota argentina en la VUELTA de OBLIGADO, el 20 de Noviembre de 1845.

Participa del Contraataque de la Infantería, en la carga con bayoneta calada.
Muere heroicamente en Combate contra los Ingleses, a los 37 años de edad. GLORIA Y HONOR a nuestro "gaucho Antonio RIVERO"


Instituto Investigaciones Históricas “Juan Manuel de ROSAS”
– Avellaneda – Pcia de Buenos Aires

Alberto Silva JackelineLLUISI
Secretario Presidente


Jackeline Luisi

martes, 4 de enero de 2011

03 DE ENERO DE 1833: INGLATERRA USURPA LAS ISLAS MALVINAS ARGENTINAS

178 años de usurpación, con excepción del 2 de abril al 14 de junio de 1982, Inglaterra mantiene ocupadas ilegalmente las Islas y aguas del Atlántico Sur.

El día 3 de enero el Tte. Cnel. José María Pinedo, al mando de la Corbeta Sarandí, intenta impedir dicho acto de agresión, pero se ve superado en número.


Los piratas (británicos) eran tres veces superior al número argentino, ya que los ingleses que acompañaban a Pinedo se negaron a luchar contra su bandera.

El 3 de enero, son usurpadas las Islas Malvinas.

El comandante Onslow, de la Corbeta Clío, tomó posesión de Puerto Soledad.

El día 5, el pequeño buque argentino Sarandí, se retira hacia Buenos Aires.

Mientras tanto, luego de haber arriado la bandera argentina de las islas, Onslow, iza la bandera inglesa.

Carente de otras órdenes, el capitán inglés abandona Puerto Soledad, y deja en custodia de la bandera, al escocés Dickson.

El día 3 de enero el Tte. Cnel. José María Pinedo, al mando de la Corbeta Sarandí, intenta impedir dicho acto de agresión, pero se ve superado en número.

Los piratas (británicos) eran tres veces superior al número argentino, ya que los ingleses que acompañaban a Pinedo se negaron a luchar contra su bandera.

Por lo tanto eran solo 14 soldados y otros 10 civiles sin armas. Por ese motivo, Pinedo no tuvo otra alternativa que rendirse.

Por este acto, Pinedo fue sancionado por el Consejo Supremo de Guerra y Marina.

Según el art. 41 del Código Naval, todo Comandante de guerra debe defender su pabellón de cualquier superioridad con que fuese atacado, con el mas valor y nunca se rendirá a fuerzas superiores sin cubrirse de gloria en su gallarda resistencia...

Mas allá de la decisión de Pinedo, los británicos en este día pero hace 175 años, nos han usurpado una pequeña pero querida parte de nuestro territorio nacional.

El día 15, llega el buque Sarandí a Buenos Aires.

Ese mismo día el gobierno realiza una protesta al encargado de negocios británico, quien niega los hechos.

La operación británica fue preparado de mucho tiempo antes, nada es producto de la casualidad.

A fines de 1831, los Estados Unidos dieron su colaboración.

El 28 de diciembre de 1831, arribó a Soledad la corbeta Lexington, destruyendo armamento, saqueando habitaciones y cazando ganado salvaje.

Después de arrestar a los colonos, se mantuvo prisioneros a seis argentinos.

Para cuando arribó Pinedo a las islas, había un gran grado de anarquía en el archipiélago, haciéndose difícil el acatamiento del orden, tanto para los pocos habitantes que habían quedado como para los miembros de la tripulación de Pinedo, que en su mayoría eran ingleses.