La fabuladora “presidente”, que la Nación Argentina soporta desde hace más de dos años, se reunió en México con la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe (CALC) para reivindicar el territorio nacional invadido por “fuerzas navales británicas”.
Solicitó el apoyo de los 33 países integrantes y por supuesto lo obtuvo.
La pregunta es: ¿de qué sirve el apoyo de los estafados con continuidad por los intereses sinárquicos? (intereses del gobierno mundial).
Todo pueblo que como nación se precie de libre, soberana e independiente requiere disponer de fuerzas morales, aptitud intelectual y además “fuerzas armadas” con capacidad de oponerse al “invasor depredador” que, propaganda mediante, siempre insiste en justificar sus abusos cebándose en la ingenuidad de los crédulos en el “orden mundial a beneficio de todos” (promovido desde posguerra mediante la Organización de Naciones Unidas).
La indefensión de nuestro país se agravó durante el gobierno de otro charlatán, conocido como “el progresista Alfonsín”, continuando hasta niveles de delirio político en la actualidad.
Por experiencia, la hipócrita “Presidente” no puede ignorar que los “reclamos diplomáticos” nada han logrado desde aquel año 1833 en que esos territorios insulares fueron invadidos por fuerzas británicas (inglesas).
Mal que les pese a muchos desinformados argentinos, la decisión del gobierno militar de emplear la “fuerza organizada institucionalmente” significó, allá por el año 1982, la reivindicación de derechos nacionales y la voluntad de hacerlos efectivos ante el mundo.
Hoy, agradeciendo el reclamo de los mandatarios de América del Sur y Caribe que manifestaron su discursivo apoyo, debería precisarse que nuestro país por obra de estafadores y subversivos traidores a la patria se encuentra en situación de efectiva indefensión.
El devenir en cuanto al ejercicio de la soberanía argentina sobre territorios propios por historia, geografía y voluntad política, dependerá de la capacidad de los dirigentes que las circunstancias futuras instauren como gobernantes.
Los que hoy detentan el poder son meros “mercachifles” y oportunistas, inútiles para responder al respecto.
Las Malvinas son argentinas.
El sacrificio de nuestros combatientes en 1982 fue motivado por el empecinamiento del imperio norte en depredar nuestros territorios.
Los actuales habitantes de Malvinas son invasores instalados por la fuerza de una potencia extranjera que los utiliza como rehenes para mantener su dominación.
Sin duda los tiempos futuros permitirán rectificar el agravio y las Islas Malvinas volverán a su jurisdicción originaria (el Río de la Plata).
Imposible predecir el destino de los “isleños britanoides”.
Importa al respecto advertir que este conflicto, que afecta a nuestro Estado sin actual capacidad de respuesta bélica, no implica que pueda ser solucionado mediante el mantenimiento o empleo de la fuerza de los usurpadores.
Los tiempos cambian.
Las necesidades y los hombres también.
Los argentinos lo sabemos, en tanto creemos que quienes lo ignoran con temeraria indolencia son los kelpers (intrusos habitantes de Malvinas) que mantienen su fe en el actual Reino Unido, continuador del imperio británico.
A pesar de la histórica inclinación al pillaje y expoliación de las fuerzas británicas, Buenos Aires resultó ejemplo de dignidad defensiva en múltiples oportunidades.
Nuevamente en el siglo XXI nuestros ciudadanos más capaces deberán reaccionar con inteligencia, decisión e incluso valentía, para contrarrestar esta nueva escalada inglesa sobre nuestros mares y tierras.
¡Y la historia vuelve a repetirse!.
Lo sabemos.
Claudio Valdez
Licenciado
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